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1 Introducción
Los niños con SD, para su educación y
comunicación, hacen uso de pictogramas que son
imágenes en blanco y negro, las mismas que se
encuentran impresas en tarjetas pequeñas
almacenadas en libros voluminosos por la cantidad
de imágenes que se compone, estos pictogramas se
encuentran clasificados de acuerdo al mensaje que
expresan, los niños Down deben comprender qué
expresa cada pictograma para poder formar oraciones
y emitir un mensaje, por la condición que se lleva
estos pictogramas y al ser imágenes a blanco y negro,
el niño Down pierde el interés de hacer uso de estos
tableros físicos, por lo que no logran concentrarse en
las actividades que están realizando.
A raíz de esta problemática presentada se optó por
desarrollar un tablero virtual de comunicación para la
web, el cual sirva de apoyo en la comunicación y
formación de niños Down incluyendo pictogramas de
colores que llamen la atención de los usuarios. Para
evaluar el funcionamiento del tablero se plateó la
siguiente hipótesis nula (H0) y una alterna (H1):
H0: La utilización del tablero web mejorará la
comunicación de un niño con SD.
H1: La utilización del tablero web no mejorará la
comunicación de un niño con SD.
La existencia del SD o “mongolismo”, término con el
que históricamente se le denominó, se remonta desde
el siglo VII d.C., considerada como una enfermedad
genética resultante de la trisomía del par 21 por la no
disyunción meiótica, mitótica, que se presenta con
una frecuencia de 1 en 800.000 habitantes,
incrementándose con la edad materna. Desde esta
perspectiva, las personas con SD presentan signos
clínicos generales como: deficiencia mental,
braquicefalia, eritema facial continuo, microtia,
manchas de Brushfield, anomalías cardíacas
congénitas, displasia de la segunda falange del quinto
dedo, manos pequeñas, facies mongólica, hipotonía,
además de retraso en el desarrollo físico y psíquico
(Pérez, 2014) algunas de sus características físicas los
hace semejantes a los nativos mongoles de Asia
(Gómez y Cruz, 2008). Dichas manifestaciones
tendrán relación con aspectos fundamentales en el
lenguaje, afectando tanto la adquisición como el
desarrollo del mismo, ya sea en la expresión oral
como en la comprensión. Por lo tanto, dicho déficit
lingüístico afectará las habilidades comunicativas y
estas a su vez afectarán al desarrollo individual e
integración social de las personas si no se refuerza
continuamente su comunicación (Cortes y Romero,
2015). En forma adicional, se debe manifestar que no
existe tratamiento para curar el SD, por lo que las
medidas de rehabilitación que se realizan son
mediante técnicas especiales tales como
fisioterapéuticas, fonoaudiológicas, psicológicas, que
juegan un papel importante permitiéndoles en la
mayoría de las veces una adecuada reinserción social
(Pérez, 2014). Sin embargo, la presencia de retraso
mental en estos pacientes puede ser variable,
encontrándose afecciones leves que permiten a estos
pacientes realizar labores cotidianas con mucha
facilidad (Pérez, 2014).
El cerebro no es una caja cerrada y terminada, sino
un proceso en constante cambio y evolución para
responder a los estímulos que recibe del exterior y la
forma más natural de llegar al mismo es a través de
sus interacciones con el medio que le rodea (Villa y
Martínez, 2008). Con ello, la comunicación surge de
lo más profundo de la naturaleza humana, en su
dimensión personal y social; de hecho, es el resultado
del ejercicio de la naturaleza social de la persona que
le permite representar y manejar la realidad en forma
esencialmente compartida (Salazar, Ferrer y Toro,
2017) a través del lenguaje que es una facultad
semiótica, la cual permite simbolizar la realidad, así
como desarrollar el pensamiento y entablar relaciones
a través de cualquier medio; mediante distintos
signos y códigos que se producen en el contexto de
una cultura (Vergara, 2008). Por consiguiente, la
capacidad de efectuar actos de comunicación
comprensibles es lo que permite al ser humano
interactuar como sujetos activos en un entorno social
(Sotillo, 1993) si faltara la comunicación
predominaría la dependencia y el aislamiento. A su
vez llamamos comunicación alternativa a cualquier
forma de comunicación distinta del habla y empleada
por una persona en contextos de comunicación cara a
cara, a través del uso de signos manuales y gráficos,
el sistema morse, la escritura u otros.; por otra parte,
la comunicación aumentativa significa comunicación
de apoyo o de ayuda (Tetzchner y Martinsen, 1993).
En este contexto nace la metodología de
comunicación aumentativa alternativa (CAA) que se
orienta al desarrollo de competencias
comunicacionales de personas con discapacidad en el
lenguaje (Guisen y Sanz, 2014) basada en un
conjunto definido de códigos no vocales (lingüísticos
y no lingüísticos) necesitado o no de soporte físico,
que permiten representar conceptos y llevar a cabo
actos de comunicación; que sustituyen o
complementan a las tradicionales prácticas de
expresión (habla y escritura), cuando por sí solas no
son suficientes para entablar una comunicación
efectiva con el entorno (Abril, Delgado y Vigara,
2012; Basil, Soro y Rosell, 1998). No obstante, se
consideran una ayuda tecnológica que habilita a los
usuarios de CAA a la interacción y toma de
decisiones personales en el contexto social que los
rodea, y propicia las condiciones para su integración
al sistema educativo e inclusión social (Dorda,
González y Adrián, 2004; Hurtado y Soto, 2005).
El gran desarrollo tecnológico que se ha producido
recientemente ha propiciado lo que algunos autores
denominan la nueva “revolución” social, con el
desarrollo de la sociedad de la información (Belloch,
2012) en este sentido, la presencia de las TIC en