Novasinergia 2022, 5(1), 150-162 151
1. Introducción
En la industria de la construcción, generalmente se trabaja con una programación de
actividades que exige cumplir plazos, así como especificaciones de calidad y presupuesto
(Zou, Sun, Long, & Marix-Evans, 2010). Si esto no se cumple se ve afectada la utilidad que
espera recibir la empresa y la continuidad de la obra (Solís, 2013). Lo antes mencionado
provoca que normalmente en las obras, el personal trabaje bajo presión (Asfaw, Pana-Cryan,
& Roger, 2011; Boone & Van Ours, 2006; Davies, Jones, & Nuñez, 2009). Para las empresas
constructoras la rentabilidad es clave porque les permite la continuidad de sus operaciones.
Esa rentabilidad está en riesgo cuando la empresa incumple la programación de sus
proyectos, se excede en los costos o presenta problemas de calidad (Zou et al., 2010).
Además, una baja productividad, definida como la ineficiencia en el uso de los recursos
(Botero & Álvarez, 2004), puede afectar la rentabilidad de la empresa (Solís, 2013). Por estos
motivos las empresas privilegian la eficiencia que les garantice la obtención de utilidades
sobre otros aspectos que involucran a las personas en los proyectos de construcción. Asfaw
et al. (2011); Boone & Van Ours (2006), Davies et al. (2009) coinciden en que regularmente
en los proyectos de construcción el personal trabaja bajo presión, para poder lograr los
objetivos de las empresas. Preocupados por la rentabilidad, las empresas buscan reducir
costos, creando así situaciones que propician los incidentes y accidentes (González, Bonilla,
Quintero, Reyes, & Chavarro, 2016). Los trabajadores que están sometidos a ambientes
laborales con mayor esfuerzo físico y mental son propensos a sufrir más accidentes, lo que
también afecta la producción y calidad (Garland, 2018; Lecca, Guevara, & Boza, 2013).
La industria de la construcción, se caracteriza por tener una alta accidentabilidad (Andrade,
2010; Ordoñez-Torres, Garcés-Coca, & Martínez-Villacrés, 2017). La accidentabilidad se
asocia tradicionalmente a ambientes inseguros y comportamientos inseguros del personal
que los expone a una gran variedad de riesgos (Valdehita, Díaz, García, & Moreno, 2010).
Para reducir la accidentabilidad y sus consecuencias económicas y humanas las empresas
se enfocan en capacitar al personal (Porto, & Castromán, 2006). Si embargo, las empresas
constructoras solo buscan cumplir con la normativa y se indaga poco sobre las causas raíz
de los accidentes que podrían estar en la forma de gestión de la empresa y sus proyectos
(Gambatese, Behm,& Rajendran 2008; Mejía & Páez, 2011). Cuando se trata de carga laboral
en la industria de la construcción, los trabajadores en muchos casos están expuestos a horas
de trabajo inadecuadas así como a trabajo físico y mental inapropiado, lo que implica que el
trabajador no sea reconocido adecuadamente por su esfuerzo (Pheng & Tan, 1996). En el
exceso de carga laboral influyen factores como la exigencia de trabajo, ritmo de trabajo
excesivo, cansancio, fatiga e incluso exceso de horas continuas de trabajo (García & del
Hoyo, 2002). Estas prácticas laborales suele justificarse por la presión por cumplir con los
plazos y ajustarse al presupuesto ofertado (Love & Edwards, 2005). Pero no se busca en la
gestión las causas que provocan este exceso de carga laboral entre las cuales pueden estar
deficiencias de planificación y mal diseño de procesos (Mejía & Páez, 2011). La carga de
trabajo esta asociada con la cantidad de trabajo, la complejidad del trabajo y el tiempo de
finalización. La industria de la construcción esta basada en proyectos y tiene horarios de
trabajo muy ajustados, horarios de trabajo largos e irregulares y un equilibrio deficiente
entre la vida laboral y personal (Love & Edwards, 2005). La sobre carga de trabajo y el