Novasinergia 2022, 5(2), 106-131 107
1. Introducción
M-learning es una excelente oportunidad para ampliar el alcance de la experiencia
de aprendizaje, ya que permite a los alumnos seguir aprendiendo mientras están en
movimiento gracias a la utilización de los dispositivos móviles y la ubicuidad. Sin embargo,
uno de los principales retos del aprendizaje móvil consiste en encontrar la armonía entre la
experiencia móvil y la experiencia en el campo e-learning, para que el alumno pueda
obtener una formación coherente y fluida. Aunque en la actualidad existe una falta de
difusión en cuanto a la existencia de metodologías para la adopción de m-learning, se hace
necesario conformar y generar propuestas que puedan convertirse en estándares aplicables
para el correcto desarrollo de este tipo de proyectos.
Algunos autores mencionan que M-learning es un paradigma educativo sustentado en el
ecosistema tecno-educativo (Adell & Castañeda, 2010), que brinda oportunidades
interactivas y oportunidades de formación a la población debido a su accesibilidad,
interactividad y capacidad para gestionar y diseminar el conocimiento. El uso de
dispositivos móviles se plantea dentro de este ecosistema tecno-educativo como una
herramienta que fortalece el aprendizaje no sólo por la relación que se establece entre ella y
el usuario, sino por sus atributos de conectividad, ubicuidad, pertinencia, interacción (Flores
& Briceño, 2015). Según Castañeda & Jordi (2013), el m-learning se convierte en un medio
de interacción para la confluencia de relaciones interpersonales, consumo y producción de
contenidos, con conectividad ubicua como factor determinante. El dispositivo móvil deja de
ser una herramienta de consumo de contenidos y de interacción entre usuarios para
transformarse en un recurso educativo para la gestión y diseminación de conocimientos.
Según Boude (2011), un ambiente de aprendizaje como un espacio virtual o presencial
diseñado e implementado por el profesor con la clara intención de contribuir al desarrollo
de competencias y habilidades en sus estudiantes.
Para Otálora (2010), un ambiente de aprendizaje constituye un escenario de construcción de
conocimiento en el que una institución educativa, organización o grupo cultural, genera
intencionalmente un conjunto de actividades y acciones dirigidas a garantizar la
consecución de un objetivo de aprendizaje amplio.
Las plataformas virtuales compatibles con los dispositivos móviles permiten el acceso a
cursos virtuales dentro y fuera de un espacio físico, adecuación con herramientas para el
desarrollo de las actividades pedagógicas como contenido multimedia, chat, mail, foros, y
en general todo tipo de archivos, tanto de contenido on-line como off-line (Márquez &
Lautero, 2012).
La necesidad de conformar un escenario virtual de aprendizaje que este dirigido a explotar
los beneficios de los dispositivos móviles, la falta de difusión en cuanto a la existencia de
metodologías para la adopción correcta del paradigma m-learning y la necesidad de
adaptarse a la nueva tecnología de vanguardia que se está viviendo en la actualidad
(tecnología móvil, conexiones inalámbricas, compartición de datos, redes sociales entre
otras); hacen que la presente investigación se convierta en una oportunidad de realizar una
propuesta metodológica que pueda servir de herramienta para aquellas entidades,
empresas, organizaciones, gremios, asociaciones y demás agrupaciones interesadas en