Novasinergia 2022, 5(2), 158-173 159
1. Introducción
La industria cementera del Ecuador ocupa el tercer lugar en Latinoamérica con el mayor
consumo de cemento per cápita, acercándose a los 6.6 millones de toneladas anuales (Astudillo,
2013). La contaminación que causa la producción del cemento de acuerdo a estudios realizados
por el “Centro Británico Chatham House”, representa un 8% aproximadamente del total de las
emisiones de CO2 por año (Rodgers, 2018). Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos
(INEC), el cemento es uno de los materiales más usados en el sector de la construcción. Princi-
palmente para elaborar hormigón, morteros de pega para mampostería y enlucidos (INEC,
2019). La cal al igual que el cemento es un aglomerante que puede ser usado para elaborar
morteros.
El acelerado crecimiento poblacional conlleva una búsqueda de materiales que requieran me-
nor uso de recursos y a su vez garanticen su confiabilidad. Sin embargo, varios materiales em-
pleados desde hace siglos han ido perdiendo importancia, aún cuando son materiales nobles
que pueden tener diferentes aplicaciones en el sector de la construcción (Yepes, 2016). Tal es el
caso de la cal que ha quedado relegada ante el surgimiento del cemento. Usedo (2015), men-
ciona que es difícil conocer el inicio del empleo de la cal como material de construcción, sin
embargo, se han encontrado restos de cal en Jericó (Cisjordania, Palestina) que datan hace unos
10000 años de antigüedad es decir muy anterior al cemento (1824). Usedo también menciona
que en la época romana se puede identificar varias edificaciones que fueron realizadas utili-
zando una mezcla de cal, yeso y agregados como piedras, baldosas o escombros de ladrillos.
La producción de cal genera menor contaminación con respecto a la del cemento, ya que como
se indicó anteriormente dentro del 8% de emisiones de CO2 por año, el 50% representa a la
calcinación de la caliza, arcilla y minerales para producir el clinker y el 50% restante corres-
ponde a posteriores procesos hasta obtener el cemento (Rodgers, 2018). Por tanto, para conse-
guir únicamente la cal se puede afirmar que el proceso de producción contamina un 50% menos
que la emitida por el cemento, a esto se suma que el fraguado de la cal se realiza mediante
absorción del CO2, por tanto, se convierte en un material sostenible (Hermida, 2021).
A partir de la invención del cemento se ha ido reduciendo el uso de la cal, debido a la exposición
a nivel mundial del cemento Portland como aglomerante en las mezclas de hormigón de im-
portantes edificaciones. Desde principios del siglo XX la industria cementera ha tenido un cre-
cimiento rápido, a causa del desarrollo de nuevas técnicas de construcción, normativas y bue-
nas prácticas, esto ha determinado que la cal fuera olvidada en las generaciones futuras (Meza,
2004).
Sin embargo, en la actualidad se considera a la cal como una opción para la construcción no
solo por su reducción de emisiones de CO2, sino también al usar menor energía en su calcina-
ción, esto implica una mínima contracción y por lo tanto evita agrietamientos en los morteros.
Así también al tener un lento fraguado se reduce la aparición de micro fisuras ya que el mortero
de cal va adaptándose a las deformaciones estructurales durante su endurecimiento (Galván &