Novasinergia 2023, 6(2), 113-128 114
1. Introducción
La ciudad es el mayor invento del hombre en un área geográfica o unidad administrativa con
densidad de población; desde la perspectiva urbana, es un espacio multifuncional en constante
transformación. En muchas ciudades latinoamericanas debido al crecimiento territorial
desbalanceado coexisten áreas muy dinámicas con otras muy rezagadas en términos
socioeconómicos, habitualmente localizadas en su periferia (Cuenin & Silva 2010), es así que, en el
contexto contemporáneo tales metrópolis experimentan en sus estructuras intensos procesos de
recomposición surgiendo las centralidades, que son a la vez sistemas focales de concentración de
actividades multifuncionales, centros de unidades geográficas como el centro de la ciudad o el centro
de un barrio, en el caso de Bogotá, Beuf (2016) manifiesta que, las centralidades son piezas maestras
del ordenamiento territorial cuya dimensión debe ser concebida en el marco de la planeación urbana.
En el Ecuador, desde sus inicios Guayaquil es una ciudad puerto, con enfoque industrial y de
servicios. Segunda en importancia administrativa del país, luego de la capital Quito, y constituye un
importante eje regional. En el año 2010 se posicionaba entre las diez ciudades más pobladas del
Ecuador con 2350915 habitantes, equivalente al 16.23% del nivel nacional (Sánchez. M.L.,
Hechavarría, J.R., & Portilla, Y. 2021).
La Muy Ilustre Municipalidad de Guayaquil (MIMG) en su planificación del 2019 al 2023, incluye al
Plan de Uso y Gestión del Suelo (PUGS) incorporando por primera vez a las centralidades como un
sistema de concentración y punto de convergencia de actividades comerciales, de servicios,
culturales, de bienestar social, educativas, entre otras (Municipal 2021), posicionamiento que tiene
varios propósitos: la descentralización de los centros tradicionales, ser coadyuvantes en procesos de
sostenibilidad urbana al generar dinamia, atracción ciudadana; por su tipología las centralidades
pueden ser urbanas, zonales, barriales o sectoriales.
Enmarcada en esta dimensión de la planeación urbana con énfasis en la gestión y usos del suelo,
desde la academia se plantea como estudio de caso a la centralidad tipo zonal de La Alborada,
urbanización que tiene más de cincuenta años, y que actualmente es el motor comercial de la zona
norte de Guayaquilpor la gran variedad de comercios y servicios que ofrece, que inciden en tal
posicionamiento geoeconómico la conectividad e infraestructura de vías colectoras y enlaces con los
puentes sobre el río Daule, con cobertura a los cantones conurbados de Daule, Samborondón, Durán
y Salitre. Por los núcleos atractores que posee esta centralidad, el enfoque inicial aplicado es de las
distancias caminables en el espacio público, que surge por la importancia que poseen los núcleos de
intereses funcionales, como mercados y lugares de abastos que estuvieron operativos durante las
restricciones sanitarias impuestas por la pandemia COVID 19 (Sánchez M.L. et al. 2022).
Esta metodología permite la identificación de los núcleos de interés o núcleos atractores de mayor
escala y zona de influencia tales como los servicios bancarios, centros comerciales, cadenas de
productos alimenticios, servicios públicos recreacionales y culto, que en su posicionamiento físico
espacial, particularmente en los ejes viales principales, obliga a plantear nuevas estrategias que
potencien la movilidad peatonal a partir de las distancias caminables tal como lo expone
Campoverde Tábara et al. (2022). Sin embargo este citado estudio no abarca al comercio de
proximidad, concepto urbano bastante aplicado últimamente a nivel mundial? y que invita a tomar
conciencia de lo importante que resulta acceder a los servicios en distancias asequibles a los usos
deseados y en el mismo barrio en que es vital la calidad de espacio público y modelo de ciudad,
pues además de fomentar e intensificar las relaciones interpersonales de las personas, fortalece la
identidad barrial. (Coulomb 2021). Figura 1 muestra la ubicación geográfica de la zona de estudio.