Novasinergia 2023, 6(2), 46-61. https://doi.org/10.37135/ns.01.12.03 http://novasinergia.unach.edu.ec
Artículo de Investigación
Análisis comparativo entre los consumos de agua potable históricos y los
de la Pandemia COVID-19 en Ecuador
Comparative analysis between historical drinking water consumption and that of the
COVID-19 Pandemic in Ecuador
María Gabriela Zúñiga1* , Carlos Izurieta1, Alfonso Arellano1
1 Carrera de Ingeniería Civil, Facultad de Ingeniería, Universidad Nacional de Chimborazo, Riobamba, Ecuador, 060108;
cizurieta@unach.edu.ec; aarellano@unach.edu.ec
*Correspondencia: mariag.zuniga@unach.edu.ec
Citación: Zúñiga, M., Izurieta,
C., & Arellano, A., (2023).
Análisis comparativo entre los
consumos de agua potable
históricos y los de la Pandemia
COVID-19 en Ecuador.
Novasinergia. 6(2). 46-61.
https://doi.org/10.37135/ns.01.12.03
Recibido: 27 abril 2023
Aceptado: 22 junio 2023
Publicación: 14 julio 2023
Novasinergia
ISSN: 2631-2654
Resumen: Esta investigación analizó los consumos mensuales de agua
potable del sector residencial de 46 poblados ecuatorianos para
determinar si durante el aislamiento debido a la cuarentena por causa
del COVID-19, se produjo mayor consumo que los valores históricos.
Más de 28 millones de datos fueron analizados previamente por medio
de la prueba de cajas y bigotes, Anova y Tukey para obtener los
consumos medios mensuales (CMM) y los máximos históricos (CMH)
para cada año de registro. En este estudio se calcula la desviación
estándar para comparar los consumos máximos durante la cuarentena
(CMC) con los CMH. Ningún poblado tiene consumos de cuarentena
mayores a los máximos históricos pero una tercera parte de la muestra
alcanza los máximos históricos durante el aislamiento, lo que debe ser
motivo de preocupación debido a las emergencias naturales o
antrópicas recurrentes. Los consumos durante los meses de aislamiento
(marzo, abril, mayo y junio del 2020) tienen patrones diferentes a los
históricos y son atribuidos a la migración ocasionada por el miedo y el
desempleo causados por el COVID-19 que inciden directamente en los
consumos de agua potable.
Palabras clave: Agua, consumos, COVID-19, cuarentena, máximos.
Copyright: 2023 derechos
otorgados por los autores a
Novasinergia.
Este es un artículo de acceso abierto
distribuido bajo los términos y
condiciones de una licencia de
Creative Commons Attribution
(CC BY NC).
(http://creativecommons.org/licens
es/by/4.0/).
Abstract: This research analyzes the monthly drinking water consumption in
the residential sector of 46 Ecuadorian towns to determine if there was greater
consumption during the quarantine’s isolation due to COVID-19 than the
historical values. Over 28 million data were analyzed previously through the
Box and Whisker Test, ANOVA, and Tukey to get the average monthly
consumption (CMM) and the historical maximums (CMH) for each year of
registration. The standard deviation is calculated to compare the maximum
consumption during quarantine (CMC) with the historical one. No town has
quarantine consumption more significant than the historical maximum, but a
third of the sample reaches the historical maximum during isolation, which
should raise concerns due to recurring natural or anthropic emergencies.
Consumption during the months of isolation (March, April, May, and June of
2020) has distinct patterns than those of the historical ones and are attributed
to migration caused by fear and unemployment caused by COVID-19, which
directly affect drinking water consumption.
Keywords: Consumption, COVID-19, maximum, quarantine, water.
Novasinergia 2023, 6(2), 46-61 47
1. Introducción
Este artículo tiene el objetivo de determinar si los consumos mensuales de agua potable en el
sector residencial, durante los meses de cuarentena (marzo, abril, mayo y junio del año 2020) debido
al COVID-19, fueron mayores que los consumos históricos respectivos. Para esto se analiza la
situación sanitaria del Ecuador que antecedió a la cuarentena y se describe la situación socio
económica mundial y nacional durante y después de la cuarentena. Con los registros mensuales de
agua potable obtenidos de los Administradores de 46 centros poblados ecuatorianos en estudios
previos a éste, se realiza un análisis estadístico comparativo entre los consumos históricos y los
correspondientes a los meses de marzo, abril, mayo, y junio del 2020 durante el aislamiento por la
pandemia del COVID19.
Los caudales de diseño se utilizan para dimensionar los componentes de un sistema de agua potable.
Esos caudales se basan en el consumo (caudal) medio de una comunidad y se los proyecta a un
consumo (caudal) máximo como lo estipula la norma ecuatoriana vigente (INEN 005-9-1, 1992).
Qmáx. diario = kd x Qmed. diario
(1)
Donde:
Qmáx.diario: Caudal máximo de un día (litros/segundo);
Kd: Coeficiente de máximo consumo mensual;
Qmed.diario: Caudal medio diario (litros/segundo).
La norma mencionada sugiere coeficientes (Kd entre 1.3 y 1.5) que funcionan como factores de
mayoración para estimar los consumos máximos, pero también sugiere que se analice los registros
históricos de cada poblado para determinar las variaciones entre medios y máximos consumos.
Cuando la proyección al escenario de máxima demanda es insuficiente, se produce un déficit en la
provisión del agua ya que solamente satisface la demanda media.
Los consumos máximos se producen cuando hay sucesos fortuitos o eventos previsibles
relacionados con las costumbres de la población. Esas costumbres que provocan mayor demanda de
agua potable están relacionadas a actividades en los que las familias reciben visitas en casa (día de
las madres, navidad, año nuevo, fiestas locales) o costumbres socio culturales en las que se usa más
agua de la cotidiano como en carnaval.
Los eventos fortuitos tienen magnitudes y duraciones imprevistas y los consumos de agua potable
durante esos eventos podrían estar dentro o fuera de los escenarios de demanda media y máxima
de agua potable. Cuando estos suceden, los servicios básicos son los más vulnerables de manera que
sus Administradores deben tener previstos planes de emergencia, aunque no se los pueda
dimensionar apropiadamente.
En las últimas tres décadas se han visto condiciones fortuitas que podrían ser clasificadas dentro de
los tipos de amenazas como naturales, socio- naturales y antrópicas. Según Paucar (2016) entre las
amenazas de origen natural se subclasifican en 1) hidrometeorológicas (ciclones, huracanes, olas de
frío y calor); 2) geológicas (sismos, erupciones volcánicas y tsunamis); y, biológica (plagas,
enfermedades epidémicas).
Se debe recordar las erupciones recientes de los volcanes Guagua Pichincha, Tungurahua,
Reventador y actualmente el Cotopaxi) de los cuales no se podía prever con exactitud cuando
empezaría el período eruptivo ni la duración ni la magnitud (no se menciona el volcán Sangay
porque ha estado en erupción constante desde hace más de 50 años). Las amenazas socio naturales
se subclasifican en: 1) Inundaciones y deslizamientos; 2) erosión costera; 3) cambio climático; y, 4)
pérdida de suelo por erosión. Debemos recordar deslizamientos de masas de tierra de magnitudes
Novasinergia 2023, 6(2), 46-61 48
considerables y derrumbes localizados en varios lugares del Ecuador que han afectado la
infraestructura y suspendido el transporte (D’Ercole & Trujillo, 2003).
También han sucedido eventualidades de origen socio políticos (Chisaguano Silverio, 2022; Luque
et al., 2020; Zanini Paula, 2022) que han afectado a los servicios básicos incluyendo la provisión del
servicio de agua potable. Este tipo de eventos han sido de tal magnitud (paralizaciones de cobertura
nacional y también provinciales) y duración (desde días hasta semanas) que han impedido el
transporte oportuno de operadores, de equipos y materiales necesarios para garantizar el caudal y
la calidad del agua potable.
La pandemia del COVID-19 duró en el Ecuador más de 2 años. En el año 2020, la gente se mantuvo
aislada en sus casas durante meses para evitar el contagio y propagación del virus. Durante ese
tiempo, algunas empresas administradoras de las redes públicas de agua potable no registraban los
consumos mensuales debido al estado de emergencia que regía a nivel nacional y por lo tanto
emitían facturas que no reflejaban los consumos reales de esos meses. En ese lapso los sectores:
comercial, público, educativo, turismo e industrial funcionaban con muchas limitaciones de
personal o estaban cerrados. Esta situación sui generis nos daría la oportunidad de investigar la
demanda de agua potable expresada en consumos mensuales por usuario (micromedidor de una
edificación) del sector residencial asumiendo que, la demanda de agua de los otros sectores era baja
o casi nula, de manera que no limitarían el consumo residencial.
Se definen las siguientes abreviaturas que serán utilizadas frecuentemente:
ODS: Objetivos del Desarrollo Sostenible
ASH: Agua, saneamiento e higiene
CAP: Consumo de agua potable
SAP: Sistema de agua potable
CMH: Consumos mensuales máximos históricos de agua potable
CMC: Consumos mensuales máximos de agua potable durante la cuarentena del año 2020
CMMH: Consumos medios mensuales de agua potable históricos
A través del Decreto presidencial No.1017 del 17 de marzo del 2020, se declaró el estado de excepción
en el Ecuador, debido a calamidad pública ocasionada por los casos confirmados de Coronavirus
(COVID-19) y se prohibió la circulación en las vías y espacios públicos, en los términos que dispuso
el Comité de Operaciones de Emergencias Nacional. Se dictó excepciones de tránsito y movilidad
para: las personas que laboraban en servicios básicos de salud, seguridad, bomberos, aeropuertos,
terminales aéreos, terrestres, marítimos, fluviales, bancarios, provisión de víveres y provisión de
servicios con la finalidad de que ayuden a combatir el COVID-19. La excepción también permitía la
movilidad de la Policía Nacional y Fuerzas Armadas, comunicadores sociales, misiones
diplomáticas, personal médico, sanitario y de socorro, transporte público estatal, sectores
estratégicos. Además, se permitía la movilidad de enfermos, de personas que acudían a abastecerse
de víveres, medicamentos y combustibles. Se suspendió la jornada presencial para todos los
trabajadores y empleados del sector público y privado, durante dos meses, y se la reemplazó con
teletrabajo. A través del mismo decreto se garantizaba la provisión de servicios públicos básicos, de
salud, seguridad, bomberos, riesgos, aeropuertos, terminales aéreos, terrestres, marítimos, fluviales,
bancarios, provisión de víveres, sectores estratégicos y de las cadenas y actividades comerciales de
las áreas de alimentación, salud, agrícola, ganadera y de cuidado animal y de medios de
comunicación (Decreto_presidencial_No_1017_17-Marzo-2020, 2020).
Novasinergia 2023, 6(2), 46-61 49
La economía a nivel mundial durante la crisis por COVID-19 fue uno de los aspectos más afectados,
según el Bank Group (2020). Se considera la peor recesión después de la Segunda Guerra Mundial
y la primera vez que una gran cantidad de países experimentaron la disminución del producto per
cápita desde 1870. En América Latina se siente el efecto de la recesión, estimándose en -5.3 % de
reducción en el PIB según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL, 2020).
Una cifra significativamente alta, indicando además que aproximadamente 12 millones de personas
perderían sus empleos durante y después de la pandemia. En el Ecuador, según Berrones Sheyla &
Díaz José (2021), el PIB cayó un 7.8 % en el 2020 en comparación con el 2019. Este comportamiento
se explica por una disminución bruta de capital fijo, por la contracción de las exportaciones de bienes
y servicios; y, por la disminución del consumo del gobierno, pero también por la disminución del
consumo final de los hogares. Esto conlleva a confirmar que el aspecto económico y la crisis sanitaria
causada por el COVID-19 incidió en el consumo de servicios básicos por lo que analizaremos los
consumos de agua potable durante este evento fortuito.
Así, en términos económicos, puede citarse a la teoría de Keynes (2014) acerca del consumo, el cual
depende fundamentalmente del ingreso. Una economía con aspectos económicos deteriorados por
la crisis sanitaria podría disminuir el consumo de servicios básicos.
Según la Unicef, el monitoreo de la medición de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) en el
Ecuador indica que el acceso a una fuente mejorada de agua subió del 74 % en 1990 a 87 % en el año
2015. Se incorporó un nuevo enfoque que incluía la gestión segura de servicios sanitarios y el tema
de higiene, reconociendo al lavado de manos como una estrategia beneficiosa para el desarrollo de
un ambiente saludable (Molina et al., 2018). En el 2016 se indica que el 70.1 % de la población tenía
un manejo seguro del agua, con calidad cercana, suficiente y de instalaciones mejoradas. Es decir,
una tercera parte de la población ecuatoriana en el 2016 no tenía esta condición. El 85.9 % tenía
saneamiento básico que se refiere a instalaciones sanitarias mejoradas y con inodoro de uso
exclusivo para el hogar. No existían datos de tratamientos de aguas residuales. El 85.5 % de la
población en ese año, tenía insumos básicos para un lavado de manos adecuado. Esos tres temas se
resumen en Agua, saneamiento e higiene (ASH) simultáneamente. Las cifras son distintas a las que
registran cada tema individualmente. Solamente el 55 % de la población ecuatoriana contaba con los
tres componentes ASH en el área urbana y 36.4 % en el área rural. En la región amazónica es todavía
menor y se lo estimaba en 29.6 % de ASH.
Esta situación se iba a confrontar 4 años después, con la Pandemia del COVID-19. La emergencia
sanitaria hacía suponer que las costumbres de higiene debían ser más exigentes para evitar el
contagio del virus; y, la campaña publicitaria gubernamental incentivaba el lavado frecuente de las
manos además de permanecer en sus hogares. Por lo expuesto algunos suponían que el consumo
residencial de agua potable aumentaría y que la demanda adicional de agua podría ser suplida con
el agua no consumida por los sectores cerrados como el industrial, turístico, comercial y público,
servidos por las redes de distribución (Acciona & Arturo Albaladejo, 2020a) dentro de las
limitaciones de coberturas geográficas e hidráulicas existentes.
Durante la pandemia el sector educativo y de servicios públicos administrativos inauguró una
metodología de trabajo virtual con la asistencia presencial de pocos empleados para la asesoría
técnica. Muchas empresas privadas de producción de insumos y de turismo cerraron sus puertas
dejando cesantes a la mayoría de sus empleados. Las empresas que no cerraron como las del sector
alimentario, adquirían nuevas costumbres laborales sujetas a protocolos sanitarios como el uso
obligatorio de mascarillas, el distanciamiento entre individuos y el distanciamiento social familiar,
así como la desinfección frecuente de manos y de todo aquello que podría ser un vector de contagio.
Novasinergia 2023, 6(2), 46-61 50
El aseo personal y del hogar eran distribuidas en un horario compartido con el teletrabajo de todos
los miembros de la familia, de manera que cambiaron sus frecuencias y duraciones moviendo las
horas pico de consumo de agua potable residencial. Las curvas de consumo de agua potable (CAP)
diaria y semanal se han modificado en España, pero de manera diferente en cada población por las
características de sus redes hidráulicas (Acciona & Arturo Albaladejo, 2020a). El mismo autor
supone que el CAP en el sector residencial debería ser mayor durante el aislamiento porque las
personas permanecieron en sus casas y por las medidas de higiene que se incrementaron.
En Ecuador muchas personas se marcharon de casa y se mudaron de ciudad porque perdieron sus
fuentes de trabajo y no podían pagar el alquiler de sus viviendas. Se marcharon a ciudades
pequeñas, parroquias, pueblos o comunidades en donde tenían familiares o amigos (Ortega-
Vivanco, 2020a). Aumentaron el número de integrantes en los hogares de destino (el Heraldo
Austral, 2020) y consecuentemente aumentó el consumo de agua potable (CAP) en los mismos.
Acciona & Arturo Albaladejo (2020) también menciona la movilidad humana como uno de los
efectos del aislamiento, pero no analiza su impacto en el CAP. Según Izurieta Recalde et al. (2022)
los consumos de agua potable per cápita disminuyen cuando se incrementa el número de personas
por familia. Eso quiere decir que, si alguna persona se muda otra ciudad o pueblo, el consumo de
agua en la familia que lo acoge en su nuevo hogar temporal, se incrementaría, no
proporcionalmente, porque el consumo per cápita sería menor que cuando vivía solo. Es lógico
indicar que el consumo de agua por usuario en la ciudad que abandonó disminuiría.
El CAP se redistribuiría entre el sector comercial (expendio de comidas) y el residencial. Aquellas
personas que antes almorzaban en restaurantes cercanos a sus trabajos, durante la cuarentena se
quedaban casa y compraban comida a través de los servicios de transporte a domicilio. Pocos
restaurantes trabajaban a puerta cerrada. Muchos cerraron los negocios, pero trabajaban desde sus
residencias preparando la comida para sus clientes. En este segundo caso existiría un notable
incremento de agua potable que aparecería en el sector residencial debido a esa actividad comercial.
En este contexto se debe mencionar el estudio realizado por Yuquilema, C. (2020) que a través de un
análisis estadístico relaciona el número de veces que se cocina con el consumo per cápita de agua
potable, en cada estrato socio económico de ciudades menores a 150000 habitantes en Ecuador. Su
conclusión es que el número de veces que se cocina en casa no altera el consumo per cápita de agua
potable. El consumo diario o mensual por familia, si se incrementa, en una proporción directa entre
el consumo per cápita y el número de miembros de la familia.
Arellano & Lindao (2019) afirman que el consumo per cápita de agua potable disminuye debido a la
desconfianza de la gente en la provisión y en la calidad del agua de la red pública y por esta razón
prefieren consumir agua embotellada de acuerdo con su situación económica. Bravo & Merino
(2018) profundizan el análisis y juzgan la gestión de los Administradores a través de la variable
almacenamiento de agua. Aquellos poblados que no reciben agua continuamente todos los días, lo
almacenan en cisternas enterradas, tanques elevados o en tanques de lavar ropa, de acuerdo con sus
características socioeconómicas. La calidad del agua almacenada es juzgada por los usuarios a través
de sus órganos de los sentidos. Por lo tanto, el olor, color, sabor y presencia de tierra en el agua es
rechazada por los usuarios y se limitan a usarla en ciertas actividades del hogar. ¿Usarían esta agua
para su higiene personal, durante la cuarentena?
Cuando se analizan separadamente muchos aspectos que cambiaron durante el aislamiento y que
pudieron afectar el CAP de diferente forma, se encuentran algunos que aumentarían el consumo y
otros que lo disminuirían lo que dispersa la discusión y no nos conduce a una explicación holística
del tema. Por esta razón es necesario volver la mirada a los factores que inciden en el CAP en
Ecuador.
Novasinergia 2023, 6(2), 46-61 51
Según Arellano & Peña (2020) las variables: 1) gestión y calidad del agua; y 2) demografía inciden
con más peso en sus modelos matemáticos para determinar el consumo per cápita de agua potable
basado en un análisis de datos semestral que considera 19 variables. Sin embargo, si se analiza los
datos mensuales que son más abundantes que los semestrales, las variables (6 en total): 1) humedad
atmosférica máxima; y, 2) temperatura máxima pesan más en el modelo matemático, coincidiendo
con Acciona & Arturo Albaladejo (2020) que los llama factores climatológicos a la pluviometría y
temperatura. En el Ecuador, la humedad atmosférica máxima y la temperatura máxima regional
oscilan en rangos parecidos durante todo el año debido a la ausencia de estaciones. Obviamente esos
factores inciden en el CAP cuando se lo compara entre ciudades que pertenecen a diferentes regiones
geográficas del país, con climas muy distintos. Sin embargo, si se compara los registros históricos
mensuales del CAP en una ciudad, los parámetros climatológicos no afectarían el CAP porque
varían muy poco durante el año, de manera que anulamos el factor climatológico para ese análisis.
Por lo tanto, prevalecerían las variables gestión y calidad del agua; y, demografía como las más
pesadas de esos modelos matemáticos predictivos para calcular el consumo per cápita de agua
potable y los que probablemente expliquen qué pasó con el consumo de agua potable durante la
cuarentena.
Los modelos propuestos por Arellano & Peña (2020) se basaron en datos obtenidos años antes de la
pandemia (2013-2015). Estos modelos podrían ser alterados si es que durante la Pandemia hubiese
aparecido otra variable diferente a las 19 estudiadas por ellos; o, si es que otras variables hubiesen
llegado a pesar más, que la gestión y calidad del agua y la demografía.
Un sistema de agua potable (SAP) se diseña para abastecer de agua a todos los sectores existentes
pero la dotación de agua se la calcula en función del número de habitantes futuros y del clima
(INEN, 1992). Un SAP está compuesto por las siguientes unidades: 1) captación; 2) conducción; 3)
planta de tratamiento; 4) tanques de almacenamiento; y 5) redes de distribución. Las primeras 4
unidades no serían afectadas por el cambio de demanda durante el aislamiento obligatorio porque
no están directamente conectadas a los usuarios.
Las plantas de tratamiento de agua no habrían sufrido cambios significativos en su infraestructura
durante los meses de aislamiento. La operación de las unidades de un SAP si sufriesen cambios
debido a la ausencia temporal de técnicos ya que el trabajo presencial no era igual, como lo indican
Acciona & Arturo Albaladejo (2020). A pesar de que el Decreto Presidencial garantizaba la no
paralización del servicio del agua potable, no se sabe si la calidad del agua durante los meses de
aislamiento era la misma de antes.
Las redes de distribución cubren la geografía urbanística regular de un asentamiento urbano o rural
y provee de agua a todos los sectores indistintamente, a través de las acometidas domiciliarias
compuestas por micro-medidores. Cada empresa pública o dirección municipal o Junta Parroquial
o Comunitaria de agua potable, son los Administradores del agua potable y son los responsables de
registrar los consumos mensuales que marcan los micro-medidores, a través de sus Operadores. El
usuario es el jefe de familia, a cuyo nombre se factura el consumo mensual de agua potable que es
registrado mensualmente a través de un micromedidor domiciliario.
Se comparan los consumos mensuales históricos de 46 centros poblados ecuatorianos con los
consumos mensuales de los meses de cuarentena: marzo, abril, mayo y junio del 2020.
La información que se obtendrá de este estudio serviría para reajustar los cálculos de los caudales
de diseño de un sistema de agua potable de manera que se prevea un caudal que cubra la demanda
en situaciones emergentes. La información sería útil para los diseñadores y para los administradores
de los sistemas de agua potable.
Novasinergia 2023, 6(2), 46-61 52
En la Figura 1 se observan círculos que indican la localización de los centros poblados investigados
en un mapa del Ecuador. Las muestras se encuentran en la Sierra y en la Amazonía ecuatoriana.
En Ecuador, la Provincia es la división política administrativa de primer nivel y está conformada
por la unión de varios Cantones. El Cantón es el segundo nivel de división y están subdivididos en
Parroquias que pueden ser urbanas o rurales. Las Parroquias están conformadas por Barrios o a
veces llamadas Comunidades (Wikipedia, 2022). Entre los poblados investigados existen Barrios,
Parroquias y Cantones de varias provincias ecuatorianas.
Figura 1. Localización de las muestras en un mapa de Ecuador.
2. Metodología
Este estudio se basa en un modelo probabilístico porque analiza los registros mensuales de
consumos de agua potable (CAP) de cada usuario durante algunos años, recogidos por los
Administradores del agua potable de 46 poblados ecuatorianos. En los estudios previos a este
artículo se realizó un procesamiento manual para retirar los registros de consumos mensuales de
otros sectores diferentes al residencial; y, eliminar los consumos iguales a cero y los negativos que
fueron atribuidos a errores en los micro-medidores o errores en las lecturas de los mismos.
En esos estudios se aplicó la prueba de cajas y bigotes (Minitab/2019) para eliminar los datos atípicos
de cada mes de cada población. Se calculó el consumo medio mensual de cada año de cada poblado
y se realizó la prueba de Anova (Minitab 2019) para verificar que esos consumos medios mensuales
sean diferentes entre sí. Se aplicó el Test de Tukey (Minitab 2019) para establecer jerarquías
cuantitativas entre los consumos mensuales (Ambato & Machado, 2022; Anangonó & Chimarro,
2022; Caicedo, 2022; Calderón Paúl y Vacacela Ivana, 2023; Cazorla & Sela, 2021; Chávez & Vilema,
2022; Fernández & Salazar, 2021; Guayara & Peña, 2021; Guerrero David, 2023; Hinojoza & Saltos,
2021; Jiménez, 2021; Llerena & Ramos, 2022; Nieto, 2022; Ortíz Karla, 2023; Reino Richard, 2022;
Valiente Bryan, 2022; Villa Jessica, 2023; Villalta Joel, 2023). Por medio de estadística básica se obtiene
Novasinergia 2023, 6(2), 46-61 53
los consumos medios y máximos mensuales de cada población, correspondiente al lapso de los datos
de cada ciudad, parroquia y comunidad. La desviación estándar entre el consumo máximo histórico
y el consumo máximo en pandemia, de cada poblado, nos muestra que tan cercanos están esos
valores. El resultado nos permitirá conocer si realmente se consumió más agua potable durante el
aislamiento. Los valores de las desviaciones estándar son dibujados en los 4 grupos demográficos
definidos previamente por Arellano et al. (2018): grupo 1) menos de 500 habitantes; grupo 2) entre
500 y 8000 habitantes; grupo 3) entre 8000 y 30000 habitantes; y, grupo 4) más de 30000 habitantes.
3. Resultados
La muestra analizada corresponde a 248 819 usuarios y multiplicado por el número de meses
de registros dan más de 26 millones de consumos mensuales válidos. Sus tamaños poblacionales
corresponden al último Censo Nacional (INEC, 2010) publicado oficialmente (Tabla 1).
Tabla 1: Centros poblados y tamaño demográfico tomados del Censo Nacional del 2010
Los consumos mensuales medios y máximos históricos (m3/usuario-mes), así como los del
confinamiento, son dibujados en la Figura 2, ordenados desde el más pequeño (izquierda del eje X)
hasta el más grande (derecha).
Novasinergia 2023, 6(2), 46-61 54
Figura 2: Consumos históricos de agua potable en 46 centros poblados ecuatorianos.
Figura 3: Variación de consumos mensuales durante la cuarentena ocasionada por el COVID-19.
5
10
15
20
25
30
35
40
45
50
55
60
consumo m3/mes-usuario
nombre de la comunidad/parroquia o cantón (la más pequeña está a la izquierda y
la más grande a la derecha)
consumo máximo histórico m3/mes-usuario
Consumo máximo cuarentena m3/mes-usuario
Grupo
Grupo
2
Grupo
3
Grupo
4
0
10
20
30
40
50
60
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
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28
29
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31
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34
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36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
m3/mes-usuario
número de la comunidad, parroquia o cantón (la más pequeña está a la izquierda y
la más grande a la derecha)
máximo histórico mar-20 abr-20 may-20 jun-20
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Tabla 2: Consumos de agua potable (m3/usuario-mes) máximos históricos versus los consumos durante la cuarentena
ocasionada por el COVID-19.
No
Cantón
máximo
histórico
mar-20
abr-20
may-20
jun-20
máximo
cuarentena
Desviación
estándar
entre
máximos
1
P. Sta Marianita
37,03
25,19
18,50
18,50
-
25,19
8,3721
2
P. El Quinche
23,13
20,69
20,52
20,52
-
20,69
1,7253
3
Tamaute
20,06
10,22
8,83
9,37
-
10,22
6,9579
4
P. San Miguel
34,04
9,92
18,42
18,42
-
18,42
11,0450
5
P. San Pedro
20,59
17,50
20,59
20,59
-
20,59
0,0000
6
P. Grande
25,93
25,93
23,01
23,01
-
25,93
0,0000
7
C.J. Arosemena T
27,75
19,17
20,22
11,71
21,73
21,73
4,2568
8
Ilapo-chingazos
9,88
9,17
8,62
8,05
8,08
9,17
0,5020
9
Pablo Sexto
23,46
15,31
11,72
8,72
11,30
15,31
5,7612
10
Penipe
13,44
9,84
10,42
7,91
10,25
10,42
2,1355
11
Patate
22,86
15,77
15,66
15,79
11,59
15,79
4,9992
12
Chingapules S.G
15,1
11,17
11,05
10,43
8,76
11,17
2,7789
13
Colta
27,22
15,89
14,97
19,44
16,90
19,44
5,5013
14
Chillanes
12,51
4,78
6,58
8,52
9,30
9,30
2,2698
15
Sn jose de chazo
14,84
12,55
12,66
11,10
9,80
12,66
1,5415
16
Mira
19,7542
9,58
17,89
8,90
15,08
17,89
1,3175
17
Chunchi
19,78
16,20
15,50
15,70
15,88
16,20
2,5293
18
Chimbo
20,38
20,38
14,19
15,68
20,38
0,0000
19
Chambo
27,13
23,04
24,13
17,98
19,57
24,13
2,1213
20
Tambo
19,83
15,91
18,25
15,77
15,75
18,25
1,1172
21
Echeandía
15,13
14,34
11,59
13,37
14,34
0,5586
22
El Ángel
18,551
15,85
12,90
14,27
14,75
15,85
1,9106
23
Alausí
35,31
28,73
23,51
23,40
23,15
28,73
4,6528
24
Palora
14,35
12,58
12,58
5,47
11,51
12,58
1,2516
25
Píllaro
13,16
9,94
9,95
9,95
9,95
9,95
2,2698
26
Huamboya
19,45
10,80
10,91
12,87
11,83
12,87
4,6535
27
Santiago de Méndez
33,61
33,61
23,83
14,67
16,63
33,61
0,0000
28
Limón Indanza
27,17
21,37
20,04
11,73
19,12
21,37
4,1012
29
Pelileo
29,9
29,90
15,74
10,68
17,28
29,90
0,0000
30
Juan Montalvo
19,29
15,89
17,45
16,87
17,43
17,45
1,3011
31
Baños
26,75
18,37
22,64
17,39
21,09
22,64
2,9062
32
Cañar
24,38
15,97
17,98
17,47
24,38
24,38
0,0000
33
Sn M de Urcuqui
15,302
11,19
10,71
11,48
12,62
12,62
1,8972
34
Machachi
24,52
19,67
19,63
20,95
19,68
20,95
2,5244
35
Sucúa
34,94
14,46
15,00
14,77
14,09
15,00
14,0997
36
Tena
57,53
34,35
34,20
34,35
34,20
34,35
16,3907
37
Guaranda
20,03
14,23
18,86
12,00
11,20
18,86
0,8273
38
Puyo
31,52
22,94
31,52
23,31
23,50
31,52
0,0000
39
Cotacachi
36,85
15,17
23,17
12,68
17,17
23,17
9,6732
40
Morona
23,51
15,47
21,78
16,23
n.e
21,78
1,2205
41
Antonio Ante
26,12
15,06
15,64
13,17
26,13
26,13
0,0071
Novasinergia 2023, 6(2), 46-61 56
No
Cantón
máximo
histórico
mar-20
abr-20
may-20
jun-20
máximo
cuarentena
Desviación
estándar
entre
máximos
42
Latacunga
33,05
20,86
30,58
24,89
23,94
30,58
1,7480
43
Cayambe
23,56
20,46
17,61
18,93
19,70
20,46
2,1920
44
Riobamba
20,77
20,62
16,51
16,94
20,62
0,1061
45
Ambato
24,386
17,22
16,61
16,78
24,39
24,39
0,0000
46
Ibarra
19,55
14,71
14,29
14,27
18,47
18,47
0,7672
4. Discusión
Las líneas verticales de la Figura 2 delimitan los 4 grupos poblacionales. Si se considera que
la línea de consumos medios históricos provenga de una situación normal, todo aquello que se
separe de esa tendencia podría ser considerada anormal.
Los poblados del grupo 1 tienen consumos históricos y de cuarentena irregulares. Solamente en un
poblado (Tamaute) el CMC baja a nivel del consumo promedio histórico. Otros poblados tienen
CMC tan alto como el CMH (Pungal San Pedro y Pungal Grande).
Los poblados del grupo 2 muestran patrones más regulares que los del grupo 1. Entre sus consumos
máximos y medios históricos y de cuarentena, mantienen diferencias notorias. Solamente una
ciudad (Chimbo) alcanza un CMC igual al CMH. Aparentemente las variables que inciden en el CAP
de esas poblaciones no cambiaron durante la cuarentena y por eso siguen una tendencia regular.
Según Arellano et al. (2018) en este grupo poblacional se obtuvieron los consumos per cápita más
altos y se lo atribuyó a la cercanía entre sus viviendas y sus fuentes de trabajo lo cual les permitía
regresar a casa a almorzar y por lo tanto su consumo de agua sería más alto que en ciudades más
grandes donde no se lo hace debido al poco tiempo disponible para movilizarse de sus trabajos a
sus viviendas. Por lo tanto, en el grupo 2 aparentemente la disposición del estado de excepción de
“quedarse en casa” no alteró significativamente su cotidianidad y por ende su CAP, contrario a lo
que sucede en el grupo 1.
Algo parecido ocurre con el grupo 3, en donde varios CMC alcanzan los valores del CMH (Méndez,
Pelileo y Cañar) mientras que en otros poblados está casi igual al consumo medio histórico CMM
(Huamboya, San Miguel de Urcuquí). Es más notable todavía que en Sucúa el CMC sea menor que
el medio histórico. También llama la atención la diferencia tan grande entre el CMH y el CMC en
Tena. Estas particularidades están relacionadas con las principales fuentes de trabajo de esas
ciudades que son predominantemente turísticas.
El Grupo 4 tiene un patrón tan regular como el del rango 2. En 4 ciudades los CMC alcanzan valores
de CMH (Puyo, Antonio Ante, Riobamba y Ambato). Solo en Cayambe el CMC ha bajado casi a
nivel de CMM (Fig.2).
En la Figura 3 se dibujan los CMH y los consumos mensuales (m3/usuario-mes) durante la
cuarentena del 2020 en todos los centros poblados. En algunos casos los CAP decaen en marzo del
2020 y se incrementan en abril hasta alcanzar un punto máximo en mayo (Pungal San Miguel, Pungal
San Pedro; Chillanes, Chimbo, Cañar, Riobamba y Ambato). En otros casos, el CAP fue alto en marzo
y decayó en abril y mayo (Pungal Santa Marianita, Pablo Sexto, Chambo, Alausí, Palora, Méndez,
Limón Indanza y Pelileo). En algunos casos en junio del 2020 alcanzan los valores más bajos (Patate,
Chingapules San Gerardo, Huamboya y Morona) mientras que en otros son los más altos en ese
mismo mes (Cañar, San Miguel de Urcuquí, Machachi, Puyo, Cotacachi, Antonio Ante, Cayambe,
Ambato e Ibarra).
Novasinergia 2023, 6(2), 46-61 57
Esa variación en el CAP se origina debido a la movilidad de personas desde las ciudades donde se
cerraron comercios, industrias y empresas hacia aquellas en donde se refugiaron temporalmente. El
cierre temporal de sus fuentes de trabajo ocasionaría un recorte abrupto de sus ingresos económicos
impidiéndoles pagar el alquiler de viviendas entre otros problemas inclusive de salud mental como
ansiedad y depresión (Ciria Villar & Día Sahún, 2021; Ortega-Vivanco, 2020b; Unicef Ecuador, 2022).
Muchas personas emigraron a otros poblados lo cual se refleja en los variables patrones de CAP
durante la cuarentena, con respecto a los históricos (Anangonó & Chimarro, 2022; Caicedo, 2022;
Cazorla & Sela, 2021; Chávez & Vilema, 2022; Hinojoza & Saltos, 2021; Jiménez, 2021; Llerena &
Ramos, 2022; Nieto, 2022).
Para comparar el CMH y el CMC se ha calculado la variación estándar de cada centro poblado
(Tabla1).
Solo 9 poblados (20%) tienen desviaciones estándar iguales a cero (Parroquia Pungal San Pedro,
Parroquia Pungal Grande, Chimbo, Santiago de Méndez, Pelileo, Cañar, Puyo, Ambato y Antonio
Ante). En estos centros poblados el consumo mensual de agua potable llegó a valores máximos
históricos a pesar de las limitaciones hidráulicas de sus redes y de la deficiente cobertura geográfica,
así como la desconfianza de la gente en la gestión y la calidad del agua.
En 6 centros poblados (13%) la desviación estándar es menor que 1 lo que significa que el CMC fue
muy cercano al CMH (Ilapo-Chingazos, Echeandía, Guaranda, Antonio Ante, Riobamba e Ibarra. En
los 31 restantes (67.4%), el consumo durante la cuarentena fue menor que el histórico.
Los 15 centros poblados (33%) mencionados arriba, muestran consumos máximos históricos que
serán sobrepasados cuando exista inmigración en otras emergencias. Cuando los sectores educativo,
comercial y turístico no se paralicen, la población flotante que ingresa a esas parroquias y cantones
demandarán agua potable que no podrá ser ofertada por los administradores, además de que
actualmente tienen servicios deficitarios.
El coeficiente de máximo consumo mensual (Kd) (ecuación 1) debe ser actualizado porque los CMH
serían superados y para evitarlo debe ser mayor que ahora.
No se encuentra una correlación lineal aceptable entre esas desviaciones estándar, quiere decir, que
los patrones de consumos de agua potable durante la pandemia son diferentes a los históricos.
5. Conclusiones
El procesamiento de los consumos mensuales de cada centro poblado para obtener los
consumos medios y máximos históricos fueron el punto de referencia para compararlos con los
consumos durante los meses de aislamiento en el año 2020.
En ninguna de las muestras el consumo mensual de la cuarentena superó el consumo máximo
histórico. Esto indica que el sector residencial no consumió más agua de la que solían consumir dado
que la demanda de agua de los sectores comercial, público, educativo, turístico e industrial era muy
baja, o nula en algunos de ellos.
El 32.6 % de las muestras o sea una tercera parte de los poblados estudiados presentarán
desabastecimientos de agua potable en casos emergentes futuros, especialmente cuando no se
paralicen las actividades educativas, comerciales y turísticas que movilizan personas que
incrementarán la demanda del servicio.
Esta situación es preocupante si se considera que los eventos fortuitos por fenómenos naturales o
socio económicos han sido recurrentes en las tres últimas décadas. Se torna más preocupante si se
Novasinergia 2023, 6(2), 46-61 58
considera que ninguno de los centros poblados estudiados tiene coberturas geográficas de servicio
mayor al 90 %.
Contribuciones de los autores
En concordancia con la taxonomía establecida internacionalmente para la asignación de
créditos a autores de artículos científicos (https://casrai.org/credit/). Los autores declaran sus aportes
en la siguiente matriz de contribuciones:
Zúñiga, M.
Izurieta, C.
Arellano, A.
Conceptualización
Análisis formal
Investigación
Metodología
Recursos
Validación
Redacción - revisión y edición
Conflicto de Interés
Los autores declaran que no existe ningún tipo de conflicto de interés.
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