Novasinergia 2024, 7(2), 52-72. https://doi.org/10.37135/ns.01.14.04 http://novasinergia.unach.edu.ec
Artículo de Investigación
Evaluación del contenido de carbono orgánico del suelo en tres ecosistemas
de la Reserva Ecológica Arenillas
Evaluation of soil organic carbon content in three ecosystems of the Arenillas Ecological
Reserve
Jaime Enrique Maza Maza1, Hugo Enrique Añazco Loaiza1, Darwin Amable Poma Luna1,
Alex Dumany Luna Florin1, Arturo Widberto Sánchez Asanza1, Mariuxi Guerrero Azanza1
1Carrera de Ingeniería Ambiental, Facultad de Ingeniería Civil, Universidad Técnica de Machala, Ecuador, 070205;
hanazco@utmachala.edu.ec; dpoma@utmachala.edu.ec; adluna@utmachala.edu.ec; asanchez@utmachala.edu.ec;
myguerrero@utmachala.edu.ec
*Correspondencia: jemaza@utmachala.edu.ec
Citación: Maza, J.; Añazco, H.;
Poma, D.; Luna, A.; Sánchez,
A. & Guerrero, M., (2024).
Evaluación del contenido de
carbono orgánico del suelo en
tres ecosistemas de la Reserva
Ecológica Arenillas.
Novasinergia. 7(2). 52-72.
https://doi.org/10.37135/ns.01.
14.04
Recibido: 06 noviembre 2023
Aceptado: 27 enero 2024
Publicado: 03 julio 2024
Novasinergia
ISSN: 2631-2654
Resumen: Las Reservas Ecológicas, son la base primordial para la subsistencia de la
biodiversidad, desempeñan funciones cruciales para el mantenimiento de los
ecosistemas, especialmente, en la preservación de los servicios ecosistémicos de
regulación del clima y suministro de agua. Determinar la capacidad de acumulación
del COS en tres ecosistemas de la Reserva Ecológica Arenillas (REAR) y la influencia
que tienen con los factores de profundidad y el tipo de suelo, fue el objetivo de la
investigación. Se partió de la hipótesis que dichos factores ejercen un efecto sobre las
propiedades físicas-químicas del suelo, provocando la variabilidad del carbono. Se
establecieron 14 unidades de muestreo para los tres ecosistemas; 1) Intervenido, 2)
Bosque deciduo y 3) Bosque arbustal deciduo, se extrajo de cada unidad dos muestras
de suelo a profundidades de (0-10 y 10-30 cm), dando un total de 28 muestras. Los
resultados revelaron diferencias significativas entre los tres tipos de ecosistemas,
permitiendo afirmar que, en la REAR, el contenido de COS es mayor en el ecosistema
de Bosque deciduo, que en los denominados Bosque arbustal deciduo y la zona
Intervenida. Así mismo, los suelos del tipo Alfisol y Entisol en el Bosque deciduo
presentaron la mayor capacidad de almacenamiento de COS, siendo la capa
superficial la de mayor acumulación en los tres ecosistemas. Se concluyó que las bajas
precipitaciones, el aumento de la temperatura y la esporádica vegetación producida
por actividades antrópicas, afectan el almacenamiento de COS, limitando la
prestación de servicios ecosistémicos relacionados con la captura de carbono edáfico.
Palabras clave: Carbono orgánico, Ecosistemas, Propiedades físico-químicas, Reserva
ecológica, Suelo.
Copyright: 2024 derechos
otorgados por los autores a
Novasinergia.
Este es un artículo de acceso abierto
distribuido bajo los términos y
condiciones de una licencia de
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(CC BY NC).
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es/by/4.0/).
Abstract: Ecological Reserves are the primary basis for the subsistence of biodiversity, they
play crucial roles in the maintenance of ecosystems, especially in the preservation of ecosystem
services of climate regulation and water supply. The objective of the research was to determine
the accumulation capacity of COS in three ecosystems of the Arenillas Ecological Reserve
(REAR) and the influence of depth factors and soil type. It was hypothesized that these factors
exert an effect on the physical-chemical properties of the soil, causing carbon variability.
Fourteen sampling units were established for the three ecosystems; 1) Intervened, 2)
Deciduous Forest and 3) Deciduous shrub forest, two soil samples were extracted from each
unit at depths of (0-10 and 10-30 cm), giving a total of 28 samples. The results revealed
significant differences between the three types of ecosystems, allowing us to affirm that, in the
REAR, the COS content is higher in the deciduous forest ecosystem than in the deciduous
shrub forest and the Intermediate zone. Likewise, Alfisol and Entisol soils in the deciduous
forest had the highest COS storage capacity, being the surface layer the one with the highest
accumulation in the three ecosystems. It was concluded that low precipitation, increased
temperature and sporadic vegetation produced by anthropic activities affect COS storage,
limiting the provision of ecosystem services related to soil carbon sequestration.
Keywords: Organic carbon, Ecosystems, Physical-chemical properties, Ecological reserve,
Soil.
Novasinergia 2024, 7(2), 52-72 53
1. Introducción
Actualmente las reservas ecológicas o naturales son la base primordial para la
subsistencia de la biodiversidad. Constituyen un escenario propicio para el desarrollo de
especies florísticas y faunísticas, contribuyendo al equilibrio de los recursos naturales como;
el suelo, agua, aire y el bienestar de las comunidades aledañas (Neira et al., 2022).
Por otra parte, las reservas ecológicas o también conocidas como áreas protegidas
desempeñan funciones cruciales para el mantenimiento de los ecosistemas, especialmente,
en la preservación de los servicios ecosistémicos de regulación del clima y suministro de
agua, permitiendo el aseguramiento de la captura de carbono a través de la conservación de
bosques y la calidad y cantidad del recurso agua a través de la protección de las cuencas
hidrográficas (López-Hernández et al., 2017).
En el Ecuador, actualmente existe poca información sobre el funcionamiento de las áreas
protegidas en relación a los servicios ambientales, especialmente en el almacenamiento de
carbono orgánico en el suelo (COS), proceso que depende del equilibrio entre la cantidad
de carbono (C) que entra en el suelo y la que sale como gases de respiración, procedentes de
la mineralización microbiana (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y
la Alimentación-FAO y Panel Técnico Intergubernamental para suelos-ITPS, 2015).
Los bosques tropicales secos como parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP)
son de gran importancia biológica para el país, caracterizada por conservar un gran número
de especies endémicas (Longwei et al., 2022), En la región del Pacifico Ecuatorial existen 16
áreas protegidas que contienen ecosistemas secos (Espinosa et al., 2012), significando el 5%
de los 55000 km2 de bosque que quedan en el país (Linares-Palomino et al., 2022).
La creación de reservas naturales en estos tipos de bosque ha sido trascendental para la
preservación de la biodiversidad. Sin embargo, con frecuencia, estos paisajes se ven
afectados por la intervención humana, con el fin de aprovecharlos, convirtiéndolos en
fragmentos de vegetación remanente delimitados por distintos tipos de vegetación y usos
de suelo.
Según Luzuriaga y Cisneros (2023), menos del 10% de los bosques secos ecuatorianos
permanecen cubiertos de vegetación en la actualidad, tal como ha venido sucediendo en la
Reserva Ecológica Arenillas (REAR) situada al suroeste del Ecuador, provocado por la
invasión para asentamientos agrícolas y por la tala ilegal especialmente del Guayacán, árbol
que ha sido deforestado durante años para fines comerciales maderables.
En las áreas protegidas del Ecuador existe un gran potencial para la captación de carbono
en el suelo, solo en las áreas protegidas amazónicas se almacenan 708 millones de toneladas
de C en una extensión de 19364.14 km2 (Ministerio del Ambiente del Ecuador-MAE, 2016).
Para comprobar los contenidos de COS y su variabilidad en el tiempo, es importante
mantener la cubierta vegetal.
En las últimas décadas, se estima que el país ha experimentado una considerable pérdida
de superficie de bosques naturales, especialmente en las zonas tropicales, con un promedio
anual de deforestación de 94353 ha (MAE, 2019), ocasionando un aumento en la emisión de
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CO2 a la atmósfera y reducción de las reservas de COS (Convención de las Naciones Unidas
de Lucha contra la Desertificación-UNCCD, 2017).
Ante esta situación y bajo el compromiso de conservar y establecer un modelo de gestión
sostenible en los bosques nativos, en el país se han venido desarrollando iniciativas
socioambientales como los programas de; reducción de las emisiones derivadas a la
Deforestación y la Degradación Forestal (REED+) y Socio Bosque, a pesar de los
significativos resultados generados en ciertas regiones, es necesario la complementación de
información específica en torno a la variación de sus reservas de COS en los diferentes
ecosistemas.
El suelo como recurso principal de los ecosistemas es considerado uno de los más
importantes depósitos de C en la tierra (FAO, 2017). A nivel global, se estima que el
contenido de COS alcanza entre 1500 y 2450 gigatoneladas a una profundidad de 2 m,
superando a las concentraciones de la atmosfera y la vegetación con 650 y 750 Pg
respectivamente (Lal et al., 2021), es decir, representaría alrededor del 70% de todo el
carbono orgánico de la biósfera. En el caso de la REAR los valores de almacenamiento de
COS varían entre 31 y 64 t C ha-1 a una profundidad de hasta 30 cm (Loayza et al., 2020). Sin
embargo, se desconoce de las cantidades en las capas superficiales de (0-5 cm y 5-10 cm) y
además del efecto que el contenido de COS puede tener sobre las propiedades físicas y
químicas en el suelo.
Por lo anterior, el presente estudio tiene como objetivo determinar la capacidad de
acumulación del COS en tres ecosistemas de la REAR y la influencia que tienen con los
factores de profundidad y tipo de suelo. Partimos de la hipótesis de que las características
de dichos factores ejercen un efecto sobre las propiedades físicas y químicas en el suelo, lo
cual provoca variaciones en los niveles de C, un indicador fundamental de la fertilidad y
calidad del suelo, así como un agente mitigante del cambio climático.
2. Metodología
El área de estudio se localiza en la REAR, situada en la cuenca del río Zarumilla,
cantón Arenillas, provincia de El Oro, en el Litoral Sur del Ecuador (ver Figura 1). De
acuerdo con la cartografía oficial del Ministerio del Ambiente Agua y Transición Ecológica
del Ecuador (MAATE), la reserva posee una superficie de 13170.03 ha y se encuentra
conformada por cinco ecosistemas; Manglar del Jama-Zapotillo, Bosque bajo y arbustal
deciduo del Jama-Zapotillo, Bosque deciduo de tierras bajas del Jama-Zapotillo, Herbazal
inundable ripario de tierras bajas y una zona definida como intervenida. Su nivel altitudinal
comprende de 0 hasta 300 msnm, su clima corresponde a cálido-seco, con una temperatura
media de 24°C y variadas precipitaciones; zona cálida-árida; menor a 350 mm/año, zona
cálida-muy seca; 300500 mm/año y zona cálida-seca; 5001000 mm/año (MAE, 2015).
El trabajo de investigación se centra en tres ecosistemas con diferente tipo de vegetación; 1)
Bosque bajo y arbustal deciduo del Jama-Zapotillo (Bosque arbustal deciduo), localizada en
la zona centro norte y parte sur de la REAR, abarcando el 51.44 % de superficie, siendo la
vegetación arbustiva de mayor frecuencia, asociado de árboles dispersos como: Eríotheca
ruizii, Ceiba trichistandra, Tabebuia billbergii, T. chrysantha y Bursera graveolens, su formación
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vegetal muestra un buen estado de conservación, a pesar de la presión de tala ejercida por
las comunidades aledañas, 2) Bosque deciduo de tierras bajas del Jama-Zapotillo (Bosque
deciduo), este ecosistema se direcciona hacia el sector sur de la reserva, constituyendo el
27.32 % de superficie, su estructura vegetal se presenta en terrenos moderadamente
colinados o en pendientes inclinadas y base de montaña, se ha visto afectada en ciertas áreas,
producto de la extracción forestal del Guayacán, Cascol y Hualtaco y 3) Zona intervenida,
localizada una parte al norte y sur de la reserva, ocupando el 9.25 % de superficie. Más del
5 % de su cobertura arbórea ha sido alterada por el aprovechamiento humano, a través de
actividades antrópicas; acuícolas, agrícolas, ganaderas, forestal y caza (MAE 2015; Gobierno
Autónomo Descentralizado de Arenillas, 2015).
Figura 1: Área de estudio; Reserva Ecológica Arenillas (REAR); 1) Bosque arbustal deciduo; 2) Bosque deciduo; 3) Zona
intervenida
2.1. Selección y muestreo
Para la determinación del COS y otros parámetros físico-químicos se seleccionaron
14 puntos de muestreos de suelo. La localización se realizó mediante georreferencia de
forma aleatoria simple, determinándose 4 puntos para el Bosque arbustal deciduo y 6 para
el Bosque deciduo. En cambio, para la zona Intervenida la georreferenciación se la realizo
en 4 sectores con características de mayor cambio paisajístico, provocado por la invasión y
el establecimiento de actividades agrícolas y acuícolas hace s de una cada. Los
nombres propuestos en cada punto de muestreo fueron en base a los objetos de conservación
descritos en el Plan de Manejo de la REAR (MAE, 2015), en complementación a los lugares
descritos, se detallan las coordenadas, los tipos de orden de suelos y el clima (ver Tabla 1),
información obtenida de la cartografía geo-pedológica de SIGTIERRAS y Plan de
ordenamiento territorial de Arenillas (Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca-
MAGAP 2015; Gobierno Autónomo Descentralizado de Arenillas,, 2015).
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Tabla 1: Caracterización de las zonas de muestreo
Ecosistemas
Zona de muestreo
Coordenadas
Orden de
suelo
(USDA)
S
O
Intervenido
Cayancas
Chiriboga
Destacamento Quiroga
Destacamento Molina
593609
593325
597038
592510
9617566
9611097
9594040
9615907
Aridisol
Aridisol
Aridisol
Inceptisol
Bosque arbustal
deciduo
Tórtola Ecuatoriana 1
Tórtola Ecuatoriana 2
Pintag Nuevo
Estación Científica
596836
596782
595193
591834
9610475
9611544
9605963
9604425
Alfisol
Vertisol
Alfisol
Alfisol
Bosque deciduo
Destacamento Rumiñahui
Ardilla Sabanera
Destacamento Carcabon
La Piñita
El Cubo (cabo de vaca)
Capitán Montufar
591859
590531
591470
596654
595562
594972
9602818
9598403
9598156
9601390
9598794
9600068
Vertisol
Alfisol
Alfisol
Entisol
Alfisol
Alfisol
USDA: Departamento de Agricultura de los Estados Unidos; S: Sur; O: Oeste
En el ecosistema Intervenido el suelo está mayormente representado por el orden Aridisol,
en especial las zonas de Cayancas, Chiriboga y Destacamento Quiroga, para el sector de
Destacamento Molina el orden es Inceptisol, suelo poco desarrollado y moderadamente
profundo, el clima presente en este ecosistema es Semiárido. Para el Bosque arbustal
deciduo el clima se presenta como seco, el orden de suelo dominante es el Alfisol con
característica de suelo joven y estable, compuesto de arcilla y retenedor de minerales
primarios, y que la conforman las zonas de; Tórtola Ecuatoriana 1, Pintag Nuevo y Estación
Científica. En cambio, para el sector de Tórtola Ecuatoriana 2 el orden de suelo es Vertisol,
rico en arcillas que con la humedad se hidratan y expanden y al secarse se agrietan. El
ecosistema de Bosque deciduo presento diferentes tipos de suelo en las zonas de muestreo,
el orden Alfisol se situó en los sectores de Ardilla Sabanera, Destacamento Carcabon, El
Cubo (cabo de vaca) y Capitán Montufar, los sectores de Destacamento Rumiñahui y La
Piñita su orden de suelo correspondió a Vertisol y Entisol respectivamente, este último no
muestra desarrollo de perfiles, siendo catalogado suelos muy fértiles. El clima que presenta
este bosque es seco.
Para la toma de muestras de suelo, se recolectaron 14 muestras compuestas a dos niveles de
profundidad de 0-10 y 10-30 cm, dando un total de (n=28). De cada muestra compuesta se
extrajo aproximadamente 1 Kg de suelo, para luego ser llevada a laboratorio de suelos de la
Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Técnica de Machala (UTMACH),
donde se secaron a temperatura ambiente por 7 días, se molió y tamizo con malla de orificio
de 2 mm. El trabajo de campo inició en el mes febrero y finalizó en el mes de abril de 2018.
2.2. Análisis físico-químico del suelo
Se evaluó la densidad aparente (Da) a través del método de la parafina (Sandoval et
al., 2012), que consistió en elegir cuatro agregados de tierra como repeticiones, con un
tamaño entre 2 a 4 cm de diámetro. Un agregado fue llevado a la estufa a 105°C por 24 horas
para medir la humedad, los demás agregados fueron cubiertos con parafina y pesados
posteriormente. Para el análisis de las propiedades químicas se determinaron; el pH,
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mediante la medida de disoluciones de suelo-agua destilada (sin contenido de minerales)
en proporción 1:2.5 (Sánchez-Cortes et al., 1998). El C, mediante oxidación con ácidos por el
método de Walkley y Black (1934), sobre un balón aforado de 100 ml se añadió 1 g de suelo
y se agregó 10 ml de una solución 1 N de dicromato de potasio (K2 Cr2 O7) en medio ácido
(10 ml de H2SO4). Luego se agito por 15 minutos y se dejó en reposo por 24 horas, posterior
se aforo el balón con agua destilada y se extrajo 20 ml de solución y se colocó en un
Erlenmeyer de 250 ml, luego se agregó 3 ml de ácido fosfórico (H2PO4) al 85% y seis gotas
de difenilamina ((C6H5)2NH). Se realizó la titulación con Sulfato ferroso amoniacal (Fe
(NH4)2 (SO4)2.6H2O) al 0.2 N hasta el viraje a color del verde claro. Del resultado obtenido
de C, se procedió a calcular la materia orgánica (MO) utilizando el factor de conversión (fc)
de 1,724 (Van Bemmelen, 1890), como se explica en la ecuación (1).
MO = C x 1.724 (1)
Donde, MO: Materia orgánica (%); C: Carbono orgánico (%); 1.724: Factor que supone que
la materia orgánica del suelo contiene un 58 % de C (1/0.58 =1.724)
2.3. Estimación de carbono orgánico en el suelo (COS)
Para el cálculo del contenido de COS, se aplicó previamente la ecuación (2),
determinando el peso del volumen de suelo por cada horizonte de muestreo convertido en
valores de (t ha-1) (Díaz et al., 2016). Para este cálculo, debido a las diferencias de espesor
que tienen las dos profundidades de estudio, se consideró una misma profundidad de 10
cm.
PVs (t. ha-1) = Da x Ps x 10000 (2)
Donde, PVs: Peso del volumen del suelo (t. ha-1); Da: Densidad aparente (t/m3); Ps: Espesor
o profundidad del horizonte del suelo; 10000: Valor de conversión.
Posteriormente se aplicó la ecuación (3), el resultado del PVs se multiplico con el valor del
C.
COS (t. ha-1) = (PVs x C) / 100 (3)
Donde, COS: Contenido de carbono orgánico en el suelo (t. ha-1); PVs: Peso del volumen de
suelo (t. ha-1); C= Carbono orgánico (%); 100= Factor de conversión.
2.4. Análisis estadístico
Se utilizó el software Statistical Package for the Social Sciences (SPSS versión 26, de
marca registrada por IBM Corporation en Armonk estado de Nueva York, EEUU), se
compararon los valores de los parámetros físicos y químicos a través del análisis descriptivo
de medias y desviación estándar. Así mismo se probó a través del modelo lineal general
univariado el comportamiento de relación entre la variable dependiente de COS con los
factores fijos de ecosistemas, profundidad y tipo de suelo. Se aplicaron pruebas de igualdad
de Levene para comprobar la igualdad de las varianzas entre niveles de factores. Para
comparar las medias de los tratamientos se utilizó la prueba de Tukey (p≤0.05). Se aplicó la
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prueba de normalidad de Kolmogorov-Smirnov, dando como sugerencia la aplicación de la
prueba estadística paramétrica de correlación de Pearson. Posteriormente, probada la
presencia de correlación (p≤0.05) se estableció el grado de relación a través del coeficiente
de correlación (r), valor que fluctúa de -1 a 1, donde los valores negativos señalan una
relación lineal inversa, diferente a los positivos donde su comportamiento es lineal directa.
Para una mejor interpretación de r se estimó un rango de correlación; de 0.00-0.10 nula, 0.11
0.30 débil, 0.310.50 moderada y de 0.511.00 fuerte (Hernández-Lalinde et al., 2018).
3. Resultados
3.1. Características físico-químicas del suelo
En los primeros 10 cm del suelo, la Da mostró valores altos en los tres ecosistemas,
alcanzando registros de 1.60 t/m3 para el Bosque deciduo, 1.65 t/m3 la zona Intervenida y
1.90 t/m3 para el Bosque arbustal deciduo. Con respecto al contenido de COS revelo un
aumento en el Bosque deciduo al igual que la MO y C, alcanzando valores de media de 21.84
t. ha-1, 2.36% y 1.37% respectivamente. En cambio, para el pH los valores de media oscilaron
de 6.30 a 6.82, calificando como ligeramente ácido a neutro, siendo el Bosque arbustal
deciduo el de mayor valor de pH (Tabla 2).
Tabla 2: Análisis estadístico descriptivo de las propiedades fisicoquímicas del suelo en tres ecosistemas de la REAR a una
profundidad de 10 cm.
Variable
Ecosistema
Media
Desviación
Estándar
Min
Max
COS (t. ha-1)
Intervenido
14.64
0.87
13.61
15.50
Bosque arbustal deciduo
15.66
4.51
11.21
21.95
Bosque deciduo
21.84
6.13
15.81
31.77
MO (%)
Intervenido
1.54
0.17
1.38
1.75
Bosque arbustal deciduo
1.42
0.38
1.01
1.93
Bosque deciduo
2.36
0.61
1.6
3.24
C (%)
Intervenido
0.89
0.10
0.80
1.02
Bosque arbustal deciduo
0.83
0.22
0.59
1.12
Bosque deciduo
1.37
0.35
0.93
1.88
Da (t/m3)
Intervenido
1.65
0.18
1.52
1.90
Bosque arbustal deciduo
1.90
0.10
1.75
1.97
Bosque deciduo
1.60
0.10
1.43
1.70
pH
Intervenido
6.78
0.37
6.28
7.10
Bosque arbustal deciduo
6.82
0.71
6.28
7.80
Bosque deciduo
6.30
0.47
5.70
6.80
Da: Densidad aparente; MO: Materia orgánica; C: Carbono orgánico; COS: Contenido de Carbono orgánico en el suelo; pH:
potencial de Hidrógeno; Min = Mínimo; Max = Máximo
Para las profundidades de 10 a 30 cm, la Da revelo valores de media superiores a los
registrados en la capa superficial de los tres ecosistemas, los cuales oscilan, entre 1.67 t/m3
para el Bosque deciduo, 1.84 t/m3 la zona Intervenida y 1.94 t/m3 para el Bosque arbustal
deciduo. En cambio, los valores de media de contenido de COS, MO y C mostraron registros
inferiores a los primeros 10 cm de profundidad, siendo de los tres ecosistemas el Bosque
deciduo quien registra mayores valores de COS 16.28 t. ha-1, 1.82% de MO y 1.05% de C. En
el caso del pH se revela un ligero aumento en los tres ecosistemas, siendo el suelo
Intervenido el de mayor valor, con un registro de media de 6.99 (Tabla 3).
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Tabla 3: Análisis estadístico descriptivo de las propiedades fisicoquímicas del suelo en tres ecosistemas de la REAR a una
profundidad de 10-30 cm.
Variable
Ecosistema
Media
Desviación
Estándar
Min
Max
COS (t. ha-1)
Intervenido
11.92
0.60
11.31
12.53
Bosque arbustal deciduo
12.89
2.48
10.40
15.47
Bosque deciduo
16.28
5.17
8.43
21.73
MO (%)
Intervenido
1.12
0.05
1.05
1.38
Bosque arbustal deciduo
1.15
0.25
0.90
1.46
Bosque deciduo
1.82
0.90
0.75
3.35
C (%)
Intervenido
0.65
0.03
0.61
0.80
Bosque arbustal deciduo
0.67
0.15
0.52
0.85
Bosque deciduo
1.05
0.52
0.43
1.94
Da (t/m3)
Intervenido
1.84
0.07
1.74
1.90
Bosque arbustal deciduo
1.94
0.08
1.82
2.00
Bosque deciduo
1.67
0.29
1.12
1.96
pH
Intervenido
6.99
0.55
6.40
7.50
Bosque arbustal deciduo
6.94
0.77
6.23
8.00
Bosque deciduo
6.40
0.26
6.12
6.70
Da: Densidad aparente; MO: Materia orgánica; C: Carbono orgánico; COS: Contenido de Carbono orgánico en el suelo; pH:
Potencial de Hidrógeno; Min = Mínimo; Max = Máximo
3.2. Contenido de carbono orgánico del suelo por niveles de profundidad
La prueba de homogeneidad de Levene en la Tabla 4, determina que cuando los
valores de (p-valor) son mayores a los niveles de significancia a 0.05, se asume una
variabilidad homogénea en las variables de estudio, y cuando el p-valor es inferior a 0.05 se
supone que las varianzas son distintas. El resultado obtenido para este análisis revelo un p-
valor de 0.01, significando que no se cumple el supuesto de igualdad de varianza. A través
del análisis de varianza, se pudo comprobar que existen diferencias significativas entre los
valores de las medias de la variable dependiente de COS con las variables independientes
de ecosistemas y profundidad, es decir, los valores de F utilizados para probar la igualdad
entre varianzas obtenidas de dos muestras independientes (ecosistemas y profundidad)
fueron altos 5.32 y 4.97 respectivamente, significando que los p-valores sean inferiores a
0.05. La interacción de las dos variables independientes reveló un valor bajo de F de 0.37, lo
que represento que el p-valor (0.69) sea superior al nivel de significancia de 0.05, y que la
probabilidad se declare como no significativa.
Tabla 4: Prueba de homogeneidad de Levene y análisis de varianza en el contenido de COS para las variables de
ecosistema y profundidad
Prueba de igualdad de Levene
Estadístico de Levene
gl1
gl2
(p-valor)
Contenido de COS
(t. ha-1)
3.96
5
22
0.01*
Análisis de varianza
Suma de cuadrados
gl
Media cuadrática
F-valor
Pr (>F)
(p-valor)
Ecosistemas
Profundidad
Interacción 2 variables
195.57
91.41
13.65
2
1
2
97.78
91.41
6.82
5.32
4.97
0.37
0.01*
0.04*
0.69
* Código de significancia en el nivel 0.05; gl (grados de libertad)
La Figura 2, permite evidenciar las diferencias significativas entre los tres tipos de
ecosistemas, permitiendo afirmar que, en la REAR, el contenido de COS es mayor en el
ecosistema de Bosque deciduo, que en los denominados Bosque arbustal deciduo y la zona
Novasinergia 2024, 7(2), 52-72 60
Intervenida. La variación del COS depende en gran parte de las condiciones de la superficie.
En efecto, para el suelo Intervenido desprovisto de vegetación se estimó una media total de
COS de 26.56 t. ha-1 para las dos profundidades, mientras que la zona de Bosque arbustal
deciduo con mayor colonización de vegetación, la media total de COS fue de 28.55 t. ha-1.
En cambio, el bosque deciduo alcanzo la mayor concentración de COS con una media total
de 38.12 t. ha-1, debido al saludable estado que presenta la vegetación, producto de las
favorables condiciones del clima y de las mayores reservas de nutrientes en el suelo.
Figura 2: Contenido de COS por ecosistema a diferente nivel de profundidad
3.3. Contenido de carbono orgánico por diferente tipo de suelo
En la Tabla 5. La estadística de Levene, supone varianzas distintas entre los valores
de las medias de COS para las variables de ecosistemas y tipo de suelo, el p-valor de 0.003
obtenido en este análisis determino que no se cumple la homogeneidad de varianzas. Por
otro lado, los resultados de la tabla de análisis de varianza determinaron probabilidades
significativas entre los valores de medias de COS con la variable de tipo de suelos. El valor
de F fue el más alto con 4.69 significando un p-valor para F de 0.05. En cambio, para los
factores de ecosistemas/profundidad e interacción de 2 variables, los resultados revelan
probabilidades de diferencias no significativas entre los valores de medias de COS. Los
valores de F para las variables de (ecosistemas/profundidad e interacción de 2 variables)
fueron bajos con 2.71 y 0.54 respectivamente, lo que significaría que los p-valores sean
superiores a 0.05. Con respecto a la variable de ecosistema/profundidad el p-valor para la
prueba de F fue 0.14. En cambio, para las interacciones de 2 variables el p-valor fue de 0.74.
Tabla 5: Prueba de homogeneidad de Levene y análisis de varianza del contenido COS en los ecosistemas y tipo de suelo
Prueba de igualdad de Levene
Estadístico de Levene
gl1
gl2
(p-valor)
Contenido de COS
(t. ha-1)
6.08
5
14
0.003*
Análisis de varianza
Suma de cuadrados
gl
Media cuadrática
F-valor
Pr (>F)
(p-valor)
Tipo de suelo
Ecosistemas/Profundidad
Interacción 2 variables
109.96
105.48
47.64
3
4
5
36.65
26.37
9.53
4.69
2.71
0.54
0.05*
0.14*
0.74
* Código de significancia en el nivel 0.05; gl (grados de libertad)
Novasinergia 2024, 7(2), 52-72 61
El COS agrupado por orden del suelo varió según el ecosistema y nivel de profundidad
(Figura 3). En promedio, los Alfisoles y Entisoles tendieron a tener mayor contenido de COS
en el Bosque deciduo para los dos niveles de profundidad de 0-10 y 10-30 cm, alcanzando
valores desde los 16.89 hasta 23.33 t. ha-1, situación contraria a los Vertisoles, donde se
revela una disminución del COS de 8.43 t. ha-1 a medida que se profundiza en el suelo,
debido a que son suelos que se agrietan periódicamente por la contracción y expansión de
las arcillas, afectando la propiedad física del suelo. En el caso de los Aridisoles e Inceptisoles
los contenidos de COS fueron muy bajos en la zona Intervenida, con valores por debajo de
15.50 t. ha-1. En efecto, la escasa humedad en los Aridisoles y el incipiente desarrollo de
horizontes patogenéticos en los Inceptisoles, podrían estar infiriendo de manera directa
sobre el contenido de COS.
Figura 3: Contenido de COS por ecosistema y tipo de suelo
3.4. Efecto del contenido de COS con las propiedades físico-químicas
En la tabla 6, La matriz de correlación de Pearson en un nivel de significancia de 0.05,
se evidencia una correlación positiva directa fuerte entre el COS y MO, diferente a los
resultados entre las variables de COS-Profundidad, COS-Da, y COS-pH, con una correlación
negativa inversa moderada.
Tabla 6: Correlación de Pearson entre el contenido de COS con el pH, Da y MO
Correlación entre:
p-valor
Coeficiente de
correlación
r
Grado de relación
COS y Profundidad
0.04
-0.40
Relación inversa moderada
COS y MO
0.00
0.93
Relación directa fuerte
COS y Da
0.009
-0.48
Relación inversa moderada
COS y pH
0.02
-0.46
Relación inversa moderada
La figura 4, presentan graficas de dispersión para el COS versus la Da, MO y pH. En las
figuras 4a y 4c correspondiente a la Da y pH, se puede apreciar que las nubes de puntos son
muy dispersas en ciertos rangos de valores, aduciendo que para los suelos analizados existe
una moderada correlación entre el COS y la Da o el pH. En la figura 4b, que relaciona el
Novasinergia 2024, 7(2), 52-72 62
COS con la MO, se observa una mejor agrupación de los puntos de aproximación lineal,
significando una fuerte correlación entre los dos parámetros.
Figura 4: Diagramas de correlación - dispersión entre: a) COS - Densidad aparente (Da), b) COS - materia orgánica (MO)
y c) COS - Potencial de hidrógeno (pH)
4. Discusión
En la Tabla 2 y 3, los contenidos más alto de COS se ubicaron en el ecosistema de
Bosque deciduo con valores medios de 21.84 y 16.28 t. ha-1. Este incremento se atribuye al
efecto de la disminución de la temperatura y al incremento de la precipitación (Pastor-
Mogollón et al., 2015), principal impulsor de los procesos de meteorización de los suelos
(fisicoquímicos y microbianos), que al interactuar con las especies abundantes del bosque
generan residuos de hojarasca de acelerada descomposición (Wu et al., 2022). Sin embargo,
otros autores como Mesías-Gallo et al (2018), consideran los valores de 20 a 30 t. ha-1 como
reservas de bajo contenido de COS. Los valores de la desviación estándar en este ecosistema
fueron muy altos 6.13 y 5.17 en las dos profundidades, significando una mayor dispersión
de los datos con respecto a la media, siendo el valor mínimo 8.43 t. ha-1 y el valor máximo
de 21.73 t. ha-1.
En los ecosistemas de Intervenido y Bosque arbustal deciduo los valores de COS se
concentraron en un rango de 11.92 a 15.66 t. ha-1, disminución que puede atribuirse a la
característica de tierra semiárida, zona limitada por la humedad, con efecto adverso sobre
las concentraciones de MO. Sin embargo, dado que la precipitación es estacional en estas
zonas, puede ser menos significativo para el contenido de reservas de COS a escala local
(González-Domínguez et al., 2019). Con respecto a la desviación estándar, los valores más
bajos se ubicaron en el ecosistema Intervenido con un promedio de 0.74, significando una
menor dispersión de los valores hacia la media. Para el Bosque arbustal deciduo la
desviación estándar presento una moderada a alta dispersión de los datos con la media,
teniendo como resultado valores de 4.51 y 2.48 a un nivel de profundidad de 0-10 y 10-30
cm respectivamente.
A pesar de la diferencia de los valores de MO y C en cada uno de los ecosistemas de estudio,
los resultados revelaron valores bajos en los dos niveles de profundidad. En el Bosque
deciduo los valores alcanzaron una media de 2.36 y 1.82 % de MO, ubicándose la mayor
Novasinergia 2024, 7(2), 52-72 63
concentración en el nivel de 0-10 cm. De la misma forma, para el C los valores fueron 1.37 y
1.05 %. Por el contrario, el Bosque arbustal deciduo y el Intervenido revelaron valores más
bajos de MO y C, correspondiendo a MO (1.42 y 1.15 %), (1.54 y 1.12 %) y C (0.83 y 0.67 %),
(0.89 y 0.65 %) respectivamente.
Los valores demostraron que a mayor profundidad menor concentraciones de MO y C.
Estos valores se asemejan con los resultados obtenidos por Bruck y Buitrón (2021) en la
Reserva Ecológica “Los Ilinizas”, en donde, el bosque conservado consiguió una mayor
concentración de MO y C, seguido del ecosistema intervenido y el Bosque arbustivo. Con
respecto a estos dos últimos escenarios de características parecidas a la REAR, la reducción
de los dos elementos se le puede atribuir a la escasa vegetación presente en las zonas,
producto del manejo y abandono de las tierras, lo que ha provocado la accesibilidad de
factores externos como la temperatura y precipitación causen alteración en el interior del
suelo (Cantón et al. 2014), a esto se podría complementar la escasa cobertura vegetal con
residuos de hojarasca de lenta descomposición (Akinde et al. 2020; Monge et al. 2019). Para
Muñoz-Rojas et al (2021), la MO y el C son elementos que están íntimamente relacionados
en los procesos de suelo, siendo claves y fundamentales en la regulación y sostenimiento de
los ecosistemas. Según la distribución de sus valores en los dos niveles de profundidad, se
evidencio en el Bosque deciduo una mayor dispersión de los datos hacia la media,
alcanzando una desviación estándar en la MO de 0.61 y 0.90 con un mínimo de 0.75 % y un
máximo 3.35 %, para el C (0.35 y 0.52) con valor mínimo de 0.43 % y máximo de 1.94 %. En
cambio, para los ecosistemas de Bosque arbustal deciduo y el Intervenido, la dispersión de
los valores de MO y C se mantuvieron cercanos hacia el valor de media, con resultados de
desviación estándar menor a 0.38 para la MO y menor a 0.22 para el C respectivamente.
Se evidencio un mayor valor de la Da en el ecosistema de Bosque arbustal deciduo, con
registros de 1.90 a 1.94 t/m3 para las dos profundidades de estudio. En cambio, los valores
más bajos de Da se ubicaron en el Bosque deciduo en un rango de 1.60 a 1.67 t/m3, seguido
del ecosistema Intervenido con valores de 1.65 a 1.85 t/m3. Según, Maza-Maza et al (2021) en
su estudio realizado en las zonas de restauración activa de la REAR, manifiestan que los
valores promedios de 1.65 t/m3 están asociado a la falta de condiciones estructurales del
suelo con bajo contenido de MO y valores superiores a 1.90 t/m3 un alto grado de
compactación, promovidos por el transporte de material parental arcilloso, clima,
topografía, y uso del suelo. Por otro lado, Arnáez et al (2023), señalan que valores altos de
Da suelen ser indicativos de suelos con bajo contenidos de MO y COS, característica que
podría limitar la infiltración del agua sobre el suelo. De hecho, en los resultados obtenidos
se comprueba que, ciertamente, a medida que aumenta la Da, disminuye las
concentraciones de MO y COS. Para Medina et al (2018), este efecto inverso está relacionado
con la baja porosidad del suelo, debido a la disminución de macroporos y aumento de los
microporos, causado por el déficit de humedad y manejo en el suelo. Con respecto a la
distribución de los valores de Da, se determinó que la mayor parte de los datos tienden estar
agrupados cerca del valor de la media en cada uno de los ecosistemas de estudio, lo que
significó que la desviación estándar alcanzara valores por debajo del 0.29.
La variable del pH en los ecosistemas de estudio para los dos niveles de profundidad, revelo
tendencias de suelos ligeramente ácido en el Bosque deciduo con valores de 6.30 y 6.40, y
Novasinergia 2024, 7(2), 52-72 64
de pH neutro en el Bosque Intervenido y Bosque arbustal deciduo con valores de 6.78-6.99
y 6.82-6.94 respectivamente. Para Tao et al (2019), el pH del suelo es un parámetro de mucha
significancia en la composición y actividad microbiana, sostienen que en un bosque la
descomposición de la hojarasca tiende a ser mayor cuando existe un dominio de la
comunidad bacteriana con pH alto del suelo. Al comparar con los valores de pH y las
reservas de COS de los ecosistemas de estudio, se podría deducir que la descomposición de
la hojarasca en los procesos del suelo está controlada a parte de las bacterias por la
comunidad de hongos, es decir, bajo el control de una descomposición ligera con tendencia
de pH neutro en el suelo. Según Tao et al (2019), en suelos con un pH más cercano a la
neutralidad, la disponibilidad de nutrientes puede ser óptima, fomentando una eficaz
descomposición de la materia orgánica y absorción de nutrientes por las plantas. Así mismo,
las tasas de descomposición suelen ser más altas, lo que podría provocar una menor
acumulación de MO en el suelo. Estas características se ajustan mayormente a los
ecosistemas de Bosque arbustal deciduo he Intervenido con medias de pH que van de 6.78
a 6.99 para los dos niveles profundidad de 0-10 y 10-30 cm.
En la figura 2, se evidencia que el contenido de COS es inversamente proporcional con la
profundidad en el suelo, es decir, la concentración de COS a medida que se almacena a una
mayor profundidad su contenido disminuye. Estos resultados concuerdan con Burbano-
Orejuela (2018) alegando, que los fuertes cambios de reserva de carbono en los primeros 20
a 30 cm, proceden de la modificación en la cobertura terrestre, que se verán reducidas a
mayor profundidad a medida que los residuos orgánicos desaparecen, al igual que la
actividad microbiana. Sin embargo, Zhao et al., (2021), sostienen que las diferencias de
respuestas de COS entre la capa superficial y el subsuelo, se debe a que los procesos bióticos
sobre el ciclo del COS se vuelven más lento y débiles a medida que los procesos minerales
prevalecen con la profundidad.
Estas reservas se mantienen en el mismo rango establecido por Loayza et al (2020), quienes
sostienen valores bajos de COS (<40 t. ha-1) en la región semiárida de la costa ecuatoriana.
Las existencias de COS en la capa superficial de 0-10 cm presentaron un promedio de 56%
para todos los tipos de ecosistemas. Estos resultados coinciden con lo establecido por la FAO
(2017), donde se menciona que el mayor contenido de COS se encuentra en la capa superior,
lugar de alta concentración y descomposición de la MO, y que podrían llegar a reducirse
por la mineralización y los procesos de erosión con pérdidas en casos intensos de hasta 50
t/ha/año (Pérez et al., 2021).
Algunos estudios realizados en zonas semiáridas, manifiestan el impacto de la alta
cobertura vegetal y dominancia de algunas especies sobre las reservas del COS (Zdruli et
al., 2017), así mismo, las reservas varían entre ecosistemas debido a los contrastes que
ocurren en el clima, el tipo de suelo, la fisiografía, la vegetación y el uso de la tierra (Bell et
al., 2021). Al separar al suelo de los inesperados factores climáticos, y junto a la densidad de
las raíces boscosas se estaría asegurando un mayor almacenamiento de C en el suelo (Ma et
al., 2019; Hernández-Núñez et al., 2021). Es importante indicar que las amplias
desigualdades de presencia de COS en los diferentes ecosistemas se presentan en
correlación a la temperatura y la lluvia, es decir, niveles de precipitación <450 mm podría
limitar la productividad de la vegetación, promoviendo menor aportes y concentración de
Novasinergia 2024, 7(2), 52-72 65
MO y C (Gabarrón- Galeote et al., 2015). Según Shukla et al (2020), las reservas de carbono
a un metro de profundidad varían de 4 kg/m2 en las zonas áridas, de 8 a 10 kg/m2 en las
zonas tropicales y de 21 a 24 kg/m2 en regiones boreales.
En la figura 3, se observa al COS en 0-10 y 10-30 cm ligeramente mayor en los suelos de tipo
Alfisol con variación entre 23.33 y 16.89 t. ha-1 respectivamente, seguido del suelo Entisol
con variación entre 19.58 y 21.73 t. ha-1 bajo el ecosistema de Bosque deciduo. Los resultados
obtenidos en los suelos Alfisol se aproximan a los determinados por Soong et al (2018),
quienes reportan una acumulación de 19 a 20 t. ha-1 a un nivel de profundidad de 0-15 cm.
Según, Yost y Hartemink (2019), este ligero aumento se debe a la posición altitudinal que
presentan los suelos, en el caso del Bosque deciduo la altitud alcanzo los 140 msnm, con
temperaturas medias entre 19 y 23°C, y también al manejo y conservación de la cobertura
vegetal, primordial para el funcionamiento de los microorganismos en la transformación de
la materia orgánica en COS (Loayza et al., 2020). Por otra parte, a pesar de las características
de formación lenta y baja fertilidad que tienen los suelos Entisol, estos podrían verse
alterados positivamente en el Bosque deciduo debido a los diferentes aluviones recibidos,
garantizando la fertilidad del suelo, primordial para el crecimiento de la vegetación y mayor
existencia de COS (SIGTIERRAS, 2017).
En cambio, las menores existencia de contenido de COS en 0-10 y 10-30 cm se ubicó en el
ecosistema de Bosque arbustal deciduo, con variaciones entre 11.21 y 10.40 t. ha-1 en los
suelos Vertisol, seguidos de las variaciones entre 14.35 y 12.13 t. ha-1 de suelos Aridisol;
15.50 y 11.31 t. ha-1 de suelos Inceptisol bajo el Bosque intervenido. Este último rango de
valor se asemeja a lo establecido por Fan et al (2014), quienes, a través del estudio de
secuestro de carbono para suelos intervenidos en la provincia de Henan, China,
determinaron contenidos de COS de hasta 16 t. ha-1 en suelos Inceptisoles con aplicación de
fertilizantes en los 20 cm superiores y que fue disminuyendo por falta de nutrientes a una
tasa de 0.2 t. ha-1 por año. Algunos estudios han demostrado que la conversión de bosque
a la agricultura tienden a disminuir los niveles de COS, alcanzando hasta un 40% de perdida
(Deng et al., 2016), siendo probablemente una de las razones de los bajos valores de COS en
las zonas semiáridas de los suelos tipo Inceptisol y Aridisol en los ecosistemas del Ecuador
(Loayza et al., 2020), este último se distingue por el régimen de humedad arídico con altas
temperaturas, presencia de sales solubles y poca fertilidad en la superficie que limitan el
crecimiento de la vegetación. En el caso de los Vertisoles, la baja acumulación de COS se
debe al alto contenido de arcilla presente en el suelo (>30 %), dificultando la circulación del
agua y volviéndolo compacto en época seca, escenario complicado para la adaptación de la
vegetación de los organismos edáficos (SIGTIERRAS, 2017).
El resultado de correlación del COS y MO señalan una relación directa fuerte (R2 = 0.86).
Similares hallazgos fueron obtenidos por Rocci et al (2021), aduciendo que para alcanzar un
máximo contenido de COS demandarán de mayor contenido de MO, y que su equilibrio
estará sujeto a la reducción de cobertura vegetal y los diferentes cambios ambientales (Paz
et al., 2016; Bell et al., 2021).
Con respecto a la correlación de COS con la Da se evidencia una relación inversa moderada
(R2 = -0.23), el resultado se interpreta como poco significativo, es decir, a mayor
acumulación de COS en el suelo muy poco disminuye el valor de la Da, lo cual tiene un
Novasinergia 2024, 7(2), 52-72 66
efecto de aumentar conforme se penetra en el suelo. Este análisis coincide con los resultados
de Gogoi et al (2022), quienes aducen que en los bosques primarios la Da es más baja que
los bosques secundarios, la continua interferencia del hombre sería el promotor del aumento
de la densidad aparente del suelo y disminución de las reservas de COS, lo que revela una
menor cantidad de poros en el suelo desfavorable para la filtración de agua, circulación de
oxígeno y espacio de microorganismos encargados de la mineralización de la MO (Robinson
et al., 2022). Así mismo, Andrade-Castañeda et al (2017), señalan que el aumento de la Da
es causado por el peso y la presión de las capas superiores del suelo volviéndolo más
compacto en el subsuelo.
El mismo grado de relación a lo anterior se evidencio entre el COS y el pH, lo que indica
que a mayor contenido de COS (r = -0.46 y R2 = 0.21) se obtiene menor grado de pH, con
respecto al diagrama de dispersión los valores se sitúan entre 6 y 7 (ligeramente acido a
neutro). Similar resultado se determinó en el estudio de Ferdush et al (2023), señalando que,
en suelos próximos a la neutralidad el pH se reduce debido al aumento de la MO y la presión
parcial de CO2 en el suelo, es decir, la presencia de MO actúa como un regulador cuando el
suelo es ácido o alcalino (Bennardi et al., 2018). Por otro lado, Wei et al (2022) sostienen que
en suelos con bajo contenido de COS podrían provocar grandes cambios en la capacidad
tampón del pH del suelo, lo contrario a suelos con alto contenido de COS donde los cambios
son menores en la capacidad tampón.
5. Conclusiones
Los resultados de contenido de COS mostraron diferencias significativas entre los
sitios evaluados de los tres diferentes ecosistemas seco y semiáridos de la REAR, lo mismo
para el nivel de profundidad. Los sitios del bosque deciduo de tierras bajas presentaron
mayor capacidad de almacenamiento de COS, pudiendo deberse a las características y al rol
importante que presentan la vegetación boscosa, asociado al aumento de las precipitaciones
y las bajas temperaturas. Por el contrario, se evidencio una menor capacidad de contenido
de COS en los ecosistemas intervenido y bosque arbustal deciduo de tierras bajas,
atribuyéndose dicha reducción a los factores condicionantes del clima como las bajas
precipitaciones, el aumento de la temperatura y la esporádica vegetación producida por
actividades antrópicas, los cuales, afectan el almacenamiento de COS, limitando la
prestación de servicios ecosistémicos relacionados con la captura de carbono edáfico.
En cuanto, a los valores de COS encontrados en los dos niveles de profundidad de 0-10 y
10-30 cm, se demuestra que a mayor profundidad en los horizontes el contenido de COS
disminuye. Sin embargo, a pesar de que los valores de contenido de COS fueron altos en la
capa superficial, al relacionar con los resultados del mapa de carbono orgánico de suelos del
Ecuador, los tres ecosistemas de estudio presentaron valores bajos de contenido de COS
hasta 30 cm de profundidad con respecto a otras zonas del país, correspondiendo un
promedio de 39 t C. ha-1 en el ecosistema intervenido, 42 t C. ha-1 bosque arbustal deciduo
y 57 t C. ha-1 para el bosque deciduo.
La formación de los suelos Alfisol y Entisol influyeron positivamente en la acumulación de
COS para el Bosque deciduo en los dos niveles de profundidad, esto debido al buen grado
de desarrollo edafogenético presente en las capas superficiales y a los diferentes aluviones
Novasinergia 2024, 7(2), 52-72 67
recibidos, convirtiéndolos en suelos altamente fértiles para el desarrollo vegetativo. Por el
contrario, los bajos contenidos de COS se presentaron en los suelos Inceptisol y Aridisol en
la zona intervenida y el Vertisol en el Bosque arbustal deciduo, siendo probablemente la
variabilidad de las propiedades físicas y químicas, el reducido movimiento del agua, su
régimen de humedad y la escasa materia orgánica los principales propulsores de la
reducción de COS en estos suelos.
El contenido de COS aumentó con el aumento de la MO en los tres ecosistemas de estudio,
siendo mayor este incremento en el Bosque deciduo. En cambio, para la Da y pH la relación
fue inversa, es decir, a medida que el COS aumenta la Da y el pH disminuye. Este resultado
demuestra una mayor influencia del equilibrio de las propiedades físicas y químicas del
suelo con la disponibilidad del COS en cada uno de los ecosistemas de la reserva. De esta
manera, se considera el papel importante que pueden tener las reservas ecológicas en el
secuestro y retención de carbono, más aún en zonas áridas.
Es importante destacar ciertos aspectos a tomar en cuenta dentro de la REAR como; la falta
de estudios específicos de contenido de carbono en todas las zonas consideradas de
conservación, información actual del estado de los suelos y la vegetación e información de
los factores condicionantes de la dinámica de COS en el tiempo.
Contribuciones de los autores
En concordancia con la taxonomía establecida internacionalmente para la asignación
de créditos a autores de artículos científicos (https://casrai.org/credit/). Los autores declaran
sus contribuciones en la siguiente matriz:
Maza, J.
Añazco, H.
Poma, D.
Luna, A.
Sánchez, A.
Guerrero, M.
Conceptualización
Análisis formal
Investigación
Metodología
Recursos
Validación
Redacción revisión y edición
Conflicto de Interés
Los autores declaran que no existe conflicto de interés de naturaleza alguna en la
presente investigación.
Fuente de financiamiento
Los autores agradecen al Vicerrectorado de Investigación de la Universidad Técnica
de Machala por el financiamiento de recursos en el proyecto de investigación denominado
“Estimación de las propiedades físicas y químicas de suelos con enfoque ecosistémico de la
zona de restauración en la Reserva Ecológica Arenillas”
Novasinergia 2024, 7(2), 52-72 68
Agradecimiento
Los autores a agradecen a la Dirección Provincial del Ambiente de El Oro con
autorización N.º 007-2017-IC-S-DPAEO-MAE, de fecha 14 de agosto de 2017 por posibilitar
el acceso a la REAR para el desarrollo de la presente investigación.
Referencias
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