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1 Introducción
La demanda mundial de aceite lubricante es de
aproximadamente 44 millones de toneladas al año,
con un crecimiento industrial y automotor a largo
plazo del 6%. La valoración energética del aceite
lubricante usado vista desde el ámbito
internacional menciona el termino
coprocesamiento, al uso de los desechos peligrosos
en los hornos de cemento que permiten la
recuperación del valor energético y mineral de los
desechos a la vez que se fabrica el cemento.
(GTZ/Holcim, 2006).
La industria cementera en el mundo coprocesa
aproximadamente 20 millones de toneladas al año
de combustibles alternativos entre ellos de origen
fósiles, materias primas alternativas y biomasa,
(FICEM, 2013).
En Alemania, Bélgica, Austria y Suiza sustituyen
actualmente más del 40% de sus combustibles por
residuos peligrosos. En el caso de Holanda, esta
sustitución es de más de un 80%. En América
Latina la sustitución de combustibles fósiles ha
tomado fuerza en países como Guatemala,
República Dominicana, Argentina, Costa Rica,
Chile, Brasil y México, entre otros, en rangos que
van desde el 7 % hasta el 20 %.
La industria cementera requiere gran cantidad de
recursos, lo que implica la utilización de desechos
peligrosos entre ellos el aceite lubricante usado
dentro de su proceso productivo, con el objetivo de
recuperar energía al reducir el uso de combustibles
convencionales y materias primas mediante su
sustitución. Según el Convenio de Basilea, esto
constituye una operación que puede llevar a la
recuperación de recursos, el reciclado, la
regeneración, la reutilización directa u otros usos
en las categorías R1 (utilización como combustible
u otros medios de generar energía) y R5 (reciclado
o recuperación de otras materias inorgánicas).
Los combustibles fósiles y las materias primas han
sido sustituidos satisfactoriamente por desechos
peligrosos en los hornos de cemento de Australia,
Canadá, Europa, el Japón y los Estados Unidos de
América desde el principio de la década de 1970
(GTZ/Holcim, 2006). Se puede consultar la
experiencia de diversas jurisdicciones con el uso
de desechos peligrosos y no peligrosos como
combustibles y materias primas en hornos de
cemento en Canadian Council of Ministers of the
Environment (CCME,1996), Environment Agency
of England and Wales (EA, 1999; Twigger et al.
2001; Karstensen, 2007).
Por otro lado, dentro del aspecto ambiental se han
realizado estudios de emisiones globales cuando se
quema un combustible de origen fósil y cuando se
introducen desechos peligrosos, generalmente las
conclusiones indican que no se han podido detectar
diferencias significativas en el uso de ambos
combustibles (Branscome, Westbrook,
Mournighan, Bolstad, & Chehaske, 1995).
Los resultados de ensayos actuales muestran que la
mayoría de los hornos modernos de cemento que
realizan coprocesamiento de desechos peligrosos
pueden cumplir con niveles de emisión aceptables,
contribuyendo a resultados de eficiencia, de
destrucción y eliminación.
Los aceites lubricantes usados conservan grandes
cantidades de energía interna transformándolos en
productos susceptibles de ser utilizados para
aprovechamiento energético por su elevada
capacidad calorífica, convirtiéndolos en uno de los
residuos con mayor potencial de combustión
(Delgado & Parra, 2007).
En el Ecuador no existe la gestión adecuada ante el
manejo y control en la utilización del aceite
lubricante usado, la liberación de partículas
contaminantes es considerada potencialmente
peligrosa para el medio ambiente. (Gordon, 2005).
Para el año 2012, el Banco Central del Ecuador
(BCE, 2012), reportó una demanda comercial
aproximada de 63 497 kg/año y una cantidad
recolectada de aceite lubricante usado de 61 737
kg/año, estadístico mostrado en la figura 1; donde
el 56% no reciben ningún tipo de tratamiento, el
32% se sujetan a algún tipo de reciclaje, el 12%
reciben algún tipo de disposición final (INEC,
2012).
Actualmente la valorización energética de los
aceites lubricantes usados es reutilizada en el
coprocesamiento de sistemas térmicos de
combustión en la industria cementera, acorde
avances tecnológicos existentes con su
aprovechamiento energético de forma segura para
el medio ambiente (Tormos, 2005).
En cuanto a la salud y seguridad ambiental, la
autoridad sanitaria nacional en coordinación con el
Ministerio de Medio Ambiente establece normas
básicas para la preservación del ambiente. La
gestión de residuos peligrosos define a aquellos
desechos sólidos, pastosos, líquidos o gaseosos
resultantes de un proceso de producción,
transformación, reciclaje, utilización o consumo y
que contengan algún compuesto que tenga
características reactivas, inflamables, corrosivas,
infecciosas o tóxicas, que represente un riesgo para
la salud humana, los recursos naturales y el medio
ambiente de acuerdo a las disposiciones legales
(TULS, 2015).
En cuanto al aceite lubricante usado, su
particularidad analiza los impactos significativos
tanto en la salud de las personas como en el medio