Universidad Nacional de Chimborazo
NOVASINERGIA 2019, Vol. 2, No. 1, diciembre-mayo (15-23)
ISSN: 2631-2654
https://doi.org/10.37135/unach.ns.001.03.02
Artículo de Investigación
http://novasinergia.unach.edu.ec
Efectos de la gestión y la calidad del agua potable en el consumo del agua
embotellada
Effects of water quality and management on bottled water consumption
Alfonso Arellano
1
*
, Verónica Lindao
1
1
Facultad de Ingeniería, Universidad Nacional de Chimborazo, Riobamba, Ecuador, 060150; karilindao@gmail.com
* Correspondencia: aarellano@unach.edu.ec
Recibido 11 agosto 2018; Aceptado 08 febrero 2019; Publicado 06 junio 2019
Resumen:
Algunos autores han reportado el efecto de los factores demográfico, socio-económico y la
calidad del agua, en el consumo de agua potable. Algunos estudios analizan el consumo de
agua embotellada desde enfoques de salud pública y ecologista. Este artículo muestra las
correlaciones entre la calidad del agua potable y la gestión realizada por las empresas
administradoras; y, su efecto en el consumo de agua embotellada, en 11 ciudades. La gestión
y la calidad del agua potable es evaluada por el Índice de gestión y de calidad del agua potable
(Ingecap) que cuantifica el cumplimiento de: color, turbiedad, pH, cloro residual, coliformes
totales y sólidos totales disueltos (STD). La calidad del agua de la red pública es evaluada
por las características organolépticas del agua (olor, color, sabor y presencia de tierra),
reportadas por los usuarios. Se aplicaron: análisis de varianza, prueba de comparación de
Tukey, tendencias lineales y coeficiente de determinación (R²), apoyados en una estadística
descriptiva. Los resultados de esta investigación confirman que la gestión y la calidad del
agua potable inciden en el consumo de agua de la red pública, con marcadas diferencias en
los estratos socio-económicos existentes en cada ciudad. El consumo de agua embotellada es
el resultado de la desconfianza y de la calidad insatisfactoria del agua potable pública,
percibida por el usuario. El consumo de bidones de agua depende de la capacidad económica
del usuario. Se estableció una relación estadísticamente significativa entre las percepciones
organolépticas de los usuarios y el Índice de Gestión y de Calidad del Agua Potable
(Ingecap), que lo validaría como una herramienta fácil, barata y rápida para evaluar la
gestión, administración y la calidad del agua potable para tomar correctivos inmediatos.
Palabras clave:
Agua, calidad, embotellada, gestión, potable
Abstract:
Some authors have reported the effects of demographic, socio-economic and water quality
factors on drinking water consumption. Some studies report bottled water consumption from
a public health and ecological perspective. This research shows the correlations between
drinking water quality and management, and its effect on bottled water consumption, in 11
cities. The Ingecap Index quantifies the water quality and water management referring to
standards of: colour, turbidity, pH, residual chloride, total coliforms and total dissolved
solids (TDS). The public water quality is also assessed by organoleptic characteristics such
as: smell, colour, taste and soil presence. We evaluated the results through descriptive
statistical methodology by using variance assessment, ukey comparison test, linear tendency
and determination coefficient (R²). This research confirms the incidence of water quality on
public drinking water consumption rates, with differences between economic and social
levels. The consumption of bottled water is another effect of distrust in public drinking water
quality. The users consume different amounts of bottled water according to their budget
limitations. A significant statistical correlation was found between user’s sensory
perceptions and the Ingecap Index of management and drinking water quality. Ingecap
suggests to be an easy, cheap and fast tool to assess water management as well as drinking
water quality that contributes to make immediate improvements.
Keywords:
Bottled, drinking, quality, management, water
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1 Introducción
Las preferencias de consumo de agua potable o
embotellada varían de acuerdo a características
demográficas y socio económicas (Ali Sajjadi,
Alipour, Matlabi & Biglari, 2015; Morote
Seguido, 2017). La información obtenida en las
investigaciones realizadas en las poblaciones
Ecuatorianas entre el 2013 y 2015 muestran los
patrones de los consumos de agua potable en
rangos de poblaciones bien definidos (Arellano,
Bayas, Meneses & Castillo, 2018). Las ciudades
pequeñas (menos de 8000 habitantes) son:
Columbe (Sagñay & Carguachi, 2015), Cubijíes
(Samaniego & Muela, 2015), Guamote, Chambo
(Noriega, 2015), Químiag y Guano (Cáceres &
Rubio, 2015). Las ciudades medianas (entre 8000
y 30000 habitantes) son: La Joya de los Sachas
(Barreno, 2015), Macas (Montenegro & Tapia,
2014) y Guaranda (Patiño & Pino, 2014). Las
ciudades grandes (entre 30000 y 150000
habitantes) son Ventanas (Morillo & Luna, 2013)
y Riobamba (Carrillo & Quintero, 2013).
La información primaria contiene datos de: 1) la
percepción de las características organolépticas
del agua, 2) del consumo de agua embotellada en
bidones, 3) del índice de gestión y calidad del
agua potable (Ingecap); y 4) del consumo de agua
de la red pública. La información 1 y 2 ha sido
obtenida mensualmente a través de entrevistas
con los residentes de los hogares “usuarios” en
fichas previamente diseñadas. La información 3
se la registró mensualmente de los micro
medidores de agua de la red pública que abastece
a las residencias muestreadas, en cada ciudad
durante un semestre. La información 4 ha sido
obtenida de los reportes de los análisis físicos,
químicos y microbiológicos realizados por los
Municipios, Juntas Administradoras de Agua
Potable o el Laboratorio de Servicios
Ambientales de la Universidad Nacional de
Chimborazo. El Ingecap (Carrillo & Quintero,
2013) es un indicador cuantitativo representativo
de las gestiones de control y de la calidad del agua
de una ciudad. Este valor es expresado en
porcentaje. Si el Ingecap es mayor que el 67 %
indica que el agua está en buenas condiciones.
Cuando es menor que el 33% indica que su
calidad y/o gestiones de control de calidad son
deficientes. Un valor intermedio del Ingecap
significa condiciones regulares. Para obtener este
valor se ha considerado 6 parámetros de calidad
de agua: (1) color, 2) turbiedad, 3) pH, 4) cloro
residual, 5) coliformes totales y 6) sólidos totales
disueltos (STD). Los valores de estos parámetros
son frecuentemente reportados por los
Municipios a través de las empresas
administradoras de agua potable. Para calcular el
Ingecap se compara los valores de esos
parámetros con la norma ecuatoriana INEN 1108
(Instituto Ecuatoriano de Normalización INEN,
2011), de calidad de agua potable y se califica su
cumplimiento respecto a los rangos permitidos
por dicha norma. Así mismo, se califica su
incumplimiento en el caso de que no se hayan
realizado las mediciones y pruebas
correspondientes.
Se otorga un peso relativo a cada uno de los 6
parámetros, cuya suma total da 1. Si no se han
medido esos parámetros, el Ingecap mostrará una
calificación baja porque no se ha realizado la
gestión para medirlos, más no porque la calidad
del agua sea deficiente. Los usuarios muestreados
reportan percepciones de sabor, olor, color y
existencia de tierra en el agua. El consumo de
agua embotellada en bidones también ha sido
registrado mensualmente. De estas variables,
existe información proveniente de cada uno de 4
estratos socio-económicos definidos con el
método de Arellano, González & Gavilanes
(2012). El factor económico ha sido reportado en
varios estudios (Morote Seguido, 2017) por su
efecto en el consumo de agua potable en varios
países de diversos continentes. Se supone que
podría existir una relación entre el consumo de
agua embotellada con la calidad del agua de la red
pública (INEC, 2016; Ali Sajjadi et al., 2015). Se
espera que exista una relación directa entre el
Ingecap y las percepciones organolépticas, que
validarían el uso del Ingecap como indicador de
las gestiones de control y de la calidad del agua
potable (Rufener, Mäusezahl, Mosler &
Weingartner, 2010; Torres, Cruz & Patiño, 2009).
Estos parámetros serán llamados variables y
serán asociadas a los consumos de los usuarios
para determinar si la calidad del agua potable
incide en la cantidad que consumen. Este estudio
reporta el efecto de la gestión y de la calidad del
agua potable pública, en el consumo de la misma
y también en el consumo del agua embotellada,
en diferentes estratos socio-económicos de 11
ciudades. No se considera el costo del agua
embotellada porque fue constante durante la
investigación y no es relevante en este alisis.
Los resultados se dividen en dos grupos. El
primer grupo de resultados muestra la gestión y
calidad del agua potable, expresadas a través de
las percepciones organolépticas de los usuarios:
olor, color, sabor y presencia de tierra, y el
consumo del agua de la red pública, en cada uno
de los 4 estratos socio económicos. El segundo
grupo de resultados muestra la variación de
consumos de agua embotellada, expresada en
bidones per cápita, en las 11 ciudades.
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También muestra la correlación entre agua
embotellada y la gestión y la calidad del agua de
la red pública, cuantificada a través del Ingecap.
2 Metodología
El tamaño de las poblaciones de Químiag y
Chambo (Arellano et al., 2018) han sido
corregidas considerando las poblaciones del
sector urbano, censadas en el 2010 (INEC, 2010).
Se analizaron las relaciones de las variables en
cada estrato socio económico en las 11 ciudades,
dentro de los rangos poblacionales descritos
arriba. El consumo mensual de bidones se
registró para cada usuario (una sola vez en el
semestre que du la investigación en cada
ciudad), y se dividió para el número de personas
que habitaba en la residencia muestra
correspondiente. Se usó la variable lt/hab-día de
bidones de agua embotellada. Esta variable es
calculada para estrato socio económico de una
ciudad y es usado en este artículo con el nombre
Bidones per cápita (lt/hab-día). La percepción de
las características organolépticas es calculada
como una fracción de usuarios de un estrato, que
ha percibido cierta característica en el agua de la
red pública. Esta variable será usada como
porcentaje y corresponde a cada estrato socio
económico. El Ingecap fue calculado
mensualmente para algunas ciudades y para otras
bimensualmente, de acuerdo a la información
disponible por los Municipios o Juntas
Administradoras de Agua Potable. El promedio
aritmético de esos meses genera el Ingecap de una
red de distribución de una ciudad en el semestre
investigado. Si la ciudad tiene una sola red
entonces el Ingecap es único en la ciudad. Si la
ciudad tiene varias redes de distribución, el
Ingecap será el promedio aritmético de todas las
redes. La composición de los estratos socio-
económicos de una población, expresada en
porcentaje, permite visualizar las diferencias
entre cada ciudad, (figura 1) (Arellano et al.,
2012). Esta estratificación es utilizada para
calcular promedios ponderados de una variable
representativa para una ciudad. Se lo expresa
como una fracción porcentual de toda la ciudad.
El estrato A es el de mayor capacidad económica
y se le llama Alto. El estrato B es llamado medio
alto. Al estrato C se lo llama medio Bajo y al
estrato D, que es de menor capacidad que los
otros, se lo llama Bajo. Se han obtenido gráficos
en donde se identifican tendencias visuales que
son sometidas a análisis estadísticos descriptivos
para ajustar un modelo lineal simple para estos
conjuntos de datos. Los datos son lineales si el
patrón gráfico de sus puntos se aproxima a una
recta. Un modelo lineal viene expresado por una
ecuación que contiene m y b, estimados por el
método de mínimos cuadrados.
𝑦 = 𝑚𝑥 + 𝑏 + 𝜀
Se calculó el coeficiente de determinación (R²),
que refleja la bondad del ajuste de un modelo de
la variable que se pretende explicar. El resultado
de R², oscila entre 0 y 1. Cuanto más cerca de 1
se sitúe su valor, mayor será el ajuste del modelo
a la variable que estamos intentando explicar. De
forma inversa, cuanto más cerca de cero, menos
ajustado estará el modelo y, por tanto, menos
fiable será. Para considerar si una relación es
significativa se consideró que el debe ser
mayor a 0.6. Cuando cumple este requisito se
procedió a determinar el coeficiente de
correlación R, según el criterio de Evans (tabla 1).
Se considera una correlación valida entre 0.50 y
0.99.
Tabla 1: Rango de correlaciones de Evans (Hernández
Sampieri, Fernández Collado, & Baptista Lucio, 2006).
Rango
Relación
0.00
No existe correlación
0.00 a 0.10
Correlación débil
0.10 a 0.50
Correlación media
0.50 a 0.75
Correlación considerable
0.75 a 0.90
Correlación muy fuerte
0.90 a 1
Correlación perfecta
Las variables dependientes son: Bidones Per
Cápita, Consumo per Cápita de agua potable de
la red de distribución, y las percepciones
organolépticas. Las variables
independientes son: tamaño de la población y el
Índice de la gestión y de la calidad del agua
(Ingecap).
3 Resultados y discusión
De las 11 poblaciones en estudio (figura 2), el
63.64% posee una calificación de Ingecap regular
mientras que tan solo un 36.36% tiene una
calificación buena. Tres ciudades pequeñas
(Guamote, Chambo y Guano) tienen una
calificación de buena; y, 3 ciudades (Columbe,
Cubijíes y Químiag) tienen regular. Una ciudad
mediana (Guaranda) tiene la calificación de
buena y 2 tienen regular (Joya de los sachas y
Macas). Las 2 ciudades grandes (Ventanas y
Riobamba) tienen un valor de Ingecap regular.
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Figura 1: Distribución de los estratos socioeconómicos en las ciudades investigadas (Arellano et al., 2012).
Figura 2: Ingecap en 11 ciudades Ecuatorianas (Lindao, 2018).
Aparentemente la gestión de la administración y la
calidad del agua potable son mejores en las
poblaciones pequeñas y decae cuando aumenta el
tamaño de la población. Esto podría explicar la
pendiente alta en las poblaciones pequeñas en el
Modelo B-spline (Arellano, Bayas, Meneses &
Castillo, 2018). El consumo de agua en las
poblaciones mayores de 500 habitantes sube
vertiginosamente cuando sube la población, hasta
alcanzar los consumos más altos alrededor de los
10000 habitantes. Cuando la población es mayor
que los 10000 habitantes los consumos de agua
potable bajan gradualmente.
Se evidencia en términos cuantitativos la
correlación entre los factores económicos,
demográficos y el consumo per cápita del agua de
la red pública. Esto corrobora algunos estudios
como los de (Morote Seguido, 2017; Ali Sajjadi et
al., 2015). Sin embargo, ellos no han reportado la
correlación entre el consumo, la calidad y la
gestión del agua potable, como se lo ha
cuantificado en este estudio.
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
100
Columbe Cubijies Guamote Chambo Quimiag Guano Joya de
los Sachas
Macas Guaranda Ventanas Riobamba
I N G E CA A P %
P O B L A C I Ó N
INGECAP Deficiente Regular
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Tabla 2: Resultados del análisis estadístico del Ingecap vs Percepciones organolépticas (Lindao, 2018).
Percepción
R
Significancia
(R)
Olor
0,9805
0,9902
Co. Perfecta
Color
0,7894
0,8885
Muy Fuerte
Sabor
0,6957
0,8341
Muy Fuerte
Tierra
0,9788
0,9893
Co. Perfecta
Olor
0,9819
0,9909
Co. Perfecta
Color
0,8207
0,9059
Co. Perfecta
Sabor
0,894
0,9455
Co. Perfecta
Tierra
0,4725
0,6874
Considerable
Olor
0,7316
0,8553
Muy Fuerte
Color
0,983
0,9915
Co. Perfecta
Sabor
0,775
0,8803
Muy Fuerte
Tierra
0,3638
0,6032
Considerable
Olor
0,8785
0,9373
Co. Perfecta
Color
0,9939
0,9969
Co. Perfecta
Sabor
0,6613
0,8132
Muy Fuerte
Tierra
0,9953
0,9976
Co. Perfecta
Co. Perfecta: Correlación perfecta
Los usuarios de la muestra de las 11 ciudades
reportaron sus percepciones organolépticas del
agua potable proveniente de la red pública (tabla
2.). Se podría suponer que al aumentar la calidad
del agua potable las percepciones de olor, color,
sabor y presencia de tierra, disminuyan. En los
Estratos A y B existe una alta percepción de olor,
color y sabor del agua potable, cuando el Ingecap
es regular. Existe una correlación lineal positiva,
perfecta o muy fuerte. Cuando el valor del Ingecap
aumenta, las 4 percepciones disminuyen
linealmente. Esto validaría el indicador Ingecap
porque sus valores serían coherentes con las
percepciones organolépticas de los usuarios.
En los estratos socio económicos C y D el color
tiene un patrón diferente a los demás. El color
aumenta cuando sube el Ingecap, lo cual parece
contradictorio. Las percepciones de las otras 3
características: olor, sabor y presencia de tierra,
tienen el mismo patrón que en los estratos A y B.
Estos resultados evidencian la coherencia entre los
valores del Ingecap y las percepciones
organolépticas por parte de los usuarios, en todos
los estratos socio-económicos. Esto validaría al
Ingecap como indicador de la gestión y de la
calidad del agua potable.
Ahora se analiza otra variable que proporciona
información del consumo de agua, que no proviene
de la red pública (figura 3). La adquisición de
bidones de agua potable, estaría relacionada con la
insatisfacción y/o desconfianza del usuario con la
calidad del agua de la red de distribución (Doria,
2006; Ali Sajjadi et al., 2015). Por esta razón se
analiza los consumos per cápita de agua en bidones
en los estratos socio-económicos de las 11
ciudades.
Tabla 3: Análisis de la Varianza del consumo de bidones per cápita de cada estrato de las 11 ciudades
(Lindao, 2018).
F.V.
SC
gl
CM
F
p-valor
Localidad
0,87
10
0,09
2,98
0,0099
Estratos
0,40
3
0,13
4,58
0,0094
Error
0,87
30
0,03
-
-
Total
2,14
43
-
-
-
F.V= fuente de variación, SC = suma de cuadrados, gl= grados de libertad, CM= cuadrado menor,
FC= Fisher calculado, p valor= probabilidad.
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Figura 3: Consumo de agua embotellada en las 11 ciudades ecuatorianas (Lindao, 2018).
En el análisis de varianza para Bidones Per Cápita
(tabla 3) existen diferencias altamente
significativas para Localidades y Estratos. El
consumo Per Cápita varía considerablemente en
los factores estudiados.
La variación de consumo de bidones entre cada
estrato socio económico, evidencia que el factor
socio-económico siempre está presente en el
consumo de agua. El estrato D, de menor
capacidad económica (Arellano et al., 2012)
consume menos que los otros estratos en todas las
ciudades. El estrato socio económicos B es el más
alto en las 7 ciudades en donde no existe el estrato
A, consume más bidones per cápita en todas las
ciudades con la excepción de Guaranda. Estos dos
resultados demuestran que el consumo de agua
embotellada les afectaría económicamente a los
usuarios. Los usuarios que tienen mejor situación
económica consumen más bidones de agua.
Tabla 4: Prueba de Tukey al 5% para bidones per cápita
(Lindao, 2018).
Localidad
Medias
Rango
Riobamba
0,44
A
Joya de los
Sachas
0,43
AB
Ventanas
0,39
AB
Guaranda
0,21
AB
Macas
0,21
AB
Químiag
0,13
AB
Guano
0,13
AB
Cubijies
0,13
AB
Guamote
0,11
AB
Chambo
0,08
AB
Columbe
0,02
B
Nota: Medias con una letra común no son
significativamente diferentes (p > 0,05)
En la prueba de Tukey al 5% (tabla 4) para
Localidades se obtienen 3 rangos. Riobamba con
un rango (A) con una media de 0.44 es la que más
bidones Per Cápita consume. Columbe con un
rango (B) y una media de 0.02, es la que menos
bidones Per cápita consume.
Tabla 5: Prueba de tukey al 5% para consumo de bidones
per cápita, por estratos (Lindao, 2018).
Estratos
Medias
Rango
B
0,36
A
A
0,19
A B
C
0,17
A B
D
0,11
B
Nota: Medias con una letra común no son
significativamente diferentes (p > 0,05)
En la prueba de tukey al 5% para Estratos (tabla 5),
se obtienen 3 rangos. El estrato B con un rango (A)
y con una media de 0.36, es la que más bidones Per
Cápita consume. El estrato D con un rango (B) y
una media de 0.11, es la que menos bidones Per
Cápita consume. Los resultados de Tukey están
resumidos en la tabla 6. Estos resultados
evidencian la relación entre demografía, socio-
economía y consumo de agua embotellada y
consecuentemente de agua potable, si se considera
también los resultados analizados anteriormente.
En las ciudades grandes el consumo per cápita de
bidones es mayor porque la desconfianza en la
calidad del agua es alta debido a que la calidad del
agua de la red es regular de acuerdo al valor del
Ingecap (figura 2).
0
0,1
0,2
0,3
0,4
0,5
0,6
0,7
0,8
0,9
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11
B I D O N E S P E R C Á P I T A ( LT/HAB
-DIA)
Estrato A
Estrato B
Estrato C
Estrato D
Columbe Cubijies Guamote Chambo Quimiag Guano Joya de los Macas Guaranda Ventanas Riobamba
Sachas
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Tabla 6: Análisis de Varianza para Bidones per cápita. Prueba de Tukey al 5% para Localidades y Estratos (Lindao,
2018).
Aspectos
p-valor
Media
Rango
Media
Rango
Localidad
0.0099
Riobamba
0.44
A
Columbe
0.02
B
Estratos
0.0094
B
0.36
A
D
0.11
B
Se puede afirmar también que el consumo de agua
embotellada es mayor cuando mayor es la
capacidad económica del usuario. Además, se
puede generalizar afirmando que el consumo de
agua embotellada es mayor en las ciudades
grandes debido a que existe mayor capacidad
económica que en las ciudades medianas y
pequeñas, lo cual se evidencia por la presencia del
estrato A en las 4 ciudades más grandes mientras
que en las otras ciudades solo existen estratos B, C
y D (figura 1). Podría existir usuarios que
desconfían de la calidad del agua de la red pública
pero su economía no les permite adquirir el agua
embotellada. Al obtener resultados significativos
de consumo de bidones se podría afianzar los
estudios realizados por (Doria, 2006) en los que
afirma que el aumento en el consumo de agua
embotellada se debe, entre otras cosas, a la
desconfianza en las redes de suministro, o a las
probables evidencias de que su calidad no sea la
adecuada.
Ahora se analiza la relación entre el Ingecap y el
consumo per cápita de bidones de agua, en cada
estrato socio económico, de las 11 ciudades (figura
4). Si los usuarios consumirían agua de bidones
debido a que desconfían de la calidad del agua de
la red pública, se esperaría que existiese una
relación entre esas variables. Los estratos socio
económicos más altos consumen más bidones per
cápita que los estratos socio económicos más
bajos. En los 4 estratos socio económicos, el patrón
común muestra que cuando el Ingecap aumenta, el
consumo per cápita de bidones disminuye
linealmente, como se esperaba. El 95.6% y 99.6%
del estrato A y D respectivamente (tabla 7),
indican que el consumo de bidones per cápita
dependen de la calidad del agua de la red pública,
evaluada a través del Ingecap. Tienen una
correlación lineal perfecta, mientras que para los
estratos B y C la correlación es considerable pero
el coeficiente determinación es de baja
significancia.
Figura 4: Ingecap y Bidones per cápita, por cada estrato y de las 11 ciudades (Lindao, 2018).
Tabla 7: Análisis estadístico Ingecap vs Bidones de agua, por estratos, de las 11 ciudades (Lindao, 2018).
Co. Perfecta: Correlación Perfect
4 Conclusiones
El objetivo del estudio fue determinar si existe
relación entre el consumo de agua potable de la red
pública y la calidad de esa agua. Para esto se debió
correlacionar el consumo de agua embotellada
como respuesta a la desconfianza en la calidad del
agua pública. El indicador de calidad y de gestión
del agua de la red pública es el Ingecap, es
utilizado para cuantificar la gestión y calidad del
agua potable de la red pública.
R² = 0,956
R² = 0,368
R² = 0,3639
R² = 0,9958
0,00
0,10
0,20
0,30
0,40
0,50
0,60
0,70
0,80
62,00 64,00 66,00 68,00 70,00 72,00 74,00 76,00 78,00
B I D O N E S P E R C A P I T A
I N G E C A P
A
B
C
D
Estrato
R
Significancia (R)
A
0.956
0.978
Co. Perfecta
B
0.368
0.607
Considerable
C
0.364
0.603
Considerable
D
0.996
0.998
Co. Perfecta
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La gestión del agua potable sería el principal factor
que afecta la calidad del agua y consecuentemente
del consumo de agua embotellada. La gestión se
refiere a los análisis periódicos de la calidad del
agua y a la provisión continua de la misma, por
parte de las empresas blicas al sector residencial.
Si esa gestión ha sido deficiente en cantidad y
calidad, la reacción de los usuarios es de
desconfianza e insatisfacción. La aparente
insatisfacción o desconfianza de los usuarios sería
la razón para que consuman agua embotellada,
como lo reportó Doria (2006).
El Indicador de Gestión y de Calidad del agua
potable, Ingecap, tiene correlaciones lineales muy
fuertes y perfectas con el olor, color y sabor del
agua de la red pública, lo que avalaría la
confiabilidad del Ingecap como indicador.
Requiere de la medición de 6 parámetros de
calidad básicos del agua potable: color, turbiedad,
pH, cloro residual, coliformes totales y sólidos
totales disueltos (STD) que no sería un limitante en
países en desarrollo (OMS, 2002). El Ingecap
podría ser un instrumento de control de respuesta
rápida que arrojaría resultados confiables para
tomar correctivos urgentes.
La calidad del agua de las ciudades pequeñas
(Columbe, Cubijíes, Guamote, Chambo, Químiag
y Guano) y medianas (Joya de los Sachas, Macas
y Guaranda) es mejor que la de las ciudades
grandes (Ventanas y Riobamba). El consumo de
bidones es más alto en las ciudades grandes y en
los estratos socio económicos más altos debido a
que tienen menos limitaciones económicas que los
estratos más bajos.
La percepción de tierra en el agua potable de la red
pública por parte de los usuarios, estaría
relacionada al uso de tanques de almacenamiento.
Es evidente la influencia de la capacidad
económica de los usuarios en los consumos de
agua potable. El efecto del costo del agua de la red
pública y otros factores concurrentes no han sido
considerados en este estudio.
Conflicto de Intereses
Los autores declaramos que no existe ningún tipo
de Conflicto de Interés.
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